Michael Discart, presidente del Movimiento Popular Flamenco, también recordó las pasadas elecciones en su discurso como invitado y señaló que “el resultado electoral significó que nuestros políticos flamencos no pudieron implementar la política”.
Discart señaló que el 9 de junio Flandes “envió una fuerte señal a Bruselas coloreando el mapa de nuestro país de un bonito negro y amarillo”. “Nunca antes los partidos flamencos V habían conseguido juntos una puntuación tan alta.” Por eso exige que todos los partidos V asuman su responsabilidad de “traducir los resultados electorales a una dura realidad: más autonomía flamenca con la independencia de Flandes como objetivo final”.
Los nacionalistas flamencos suponen que Bélgica no funciona y que, por tanto, al menos debería transformarse en una confederación. Por eso es una extraña estrategia de De Wit (del N-VA) participar en un gobierno sin un plan concreto para esa transformación.