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Hungría ha programado para el lunes una votación largamente retrasada sobre la membresía de Suecia en la OTAN, lo que indica que la larga saga del acceso de Estocolmo a la alianza militar pronto llegará a su fin.
Budapest se había convertido en el último reducto entre los 31 miembros de la alianza, alegando que Suecia denigraba los estándares democráticos de Hungría. Turquía, que también se resistió durante mucho tiempo a la quema del Corán en el país escandinavo, dio su visto bueno el mes pasado.
Fidesz, el partido gobernante del primer ministro Viktor Orbán, anunció el martes que la votación estaría prevista para el 26 de febrero y que su grupo parlamentario, que tiene mayoría, la apoyaría.
La medida se produce después de que Orbán detuviera sin éxito la ayuda de la UE a Ucrania en un intento por desbloquear la financiación para Hungría, que ha sido congelada por preocupaciones sobre el estado de derecho y la corrupción.
En un discurso pronunciado el domingo, Orbán señaló que la ratificación pronto avanzaría.
“La buena noticia es que nuestro desacuerdo con Suecia está a punto de concluir”, dijo Orbán. “Dimos pasos importantes con el primer ministro sueco para reconstruir la confianza y nos encaminamos hacia la ratificación de la membresía de Suecia en la OTAN”.
La votación prevista fue “muy bienvenida”, dijo el martes el ministro de Defensa sueco, Pål Jonson.
El primer ministro sueco, Ulf Kristersson, había indicado el lunes en una conferencia de prensa en Varsovia que los dos países estaban en intensas conversaciones y que una votación sería inminente en Budapest.
“Estoy deseando celebrar la reunión y espero con ansias la adhesión de Suecia a la OTAN”.
Polonia, cuyo anterior gobierno de derecha fue un fuerte aliado de Orbán, se ha convertido ahora en uno de sus más feroces críticos, y el primer ministro Donald Tusk dijo que era “inaceptable” continuar con el bloqueo.
“Sería un error que un país de la OTAN bloqueara la entrada de otro país”, dijo Tusk junto con Kristersson el lunes. “Polonia y yo personalmente estaremos dispuestos a brindar todo nuestro apoyo en este asunto”.
Estados Unidos también ha aumentado la presión sobre Budapest, y el fin de semana una delegación multipartidaria del Congreso intentó convencer a Orbán de que abandonara su resistencia.
“La adhesión de Suecia a la OTAN es una cuestión que afecta directamente a la seguridad nacional de Estados Unidos, a la seguridad nacional de Hungría y a la seguridad de nuestra alianza en su conjunto”, escribió en Twitter el embajador de Estados Unidos, David Pressman.
“Los aliados han estado esperando durante 21 meses las medidas de Hungría sobre el ingreso de Suecia a la OTAN”, añadió.
Los miembros de Fidesz y funcionarios gubernamentales se negaron a reunirse con legisladores estadounidenses el domingo, en una señal de la creciente tensión entre Washington y Budapest. Orbán también ha expresado en repetidas ocasiones su apoyo a que Donald Trump regrese a la Casa Blanca tras las elecciones presidenciales de noviembre.