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H2O Asset Management se ha visto afectada por una demanda en París por parte de un grupo de inversores agraviados que afirman haber incurrido en pérdidas de más de 700 millones de euros debido a sus inversiones en activos ilíquidos.
El grupo de más de 6.000 inversores afirma que H2O, así como su antiguo propietario mayoritario, Natixis Investment Managers, el auditor de sus fondos KPMG y el custodio de los fondos CACEIS, son solidariamente responsables de las pérdidas sufridas por los inversores. El caso judicial marca el primer litigio importante relacionado con el escándalo de activos ilíquidos.
H2O, que alguna vez fue una estrella de la inversión europea que supervisó más de 30 mil millones de euros en su apogeo, se sumió en una crisis en 2019 después de que el Financial Times revelara que tenía una exposición sustancial a valores ilíquidos vinculados al controvertido financiero Lars Windhorst.
La Autorité des Marchés Financiers de Francia impuso una multa récord de 75 millones de euros a H2O a principios de este año como castigo por violaciones “graves” de las normas relacionadas con las inversiones ilíquidas, al tiempo que prohibió a su fundador, Bruno Crastes, gestionar fondos durante cinco años.
Collectif Porteurs H2O anunció el litigio el miércoles, que según dijo estaba “basado en meses de investigación en profundidad” que había reunido pruebas “que demuestran la responsabilidad de las empresas del grupo H2O involucradas, pero también las fallas de control de los terceros de confianza”.
“Los gestores de fondos H2O invirtieron 2.300 millones de euros en títulos de deuda privados ilíquidos, a pesar de que este tipo de inversión no sólo estaba prohibida, sino que además era totalmente contraria a la estrategia de gestión propuesta a los inversores”, afirmó la asociación de inversores, estimando que la pérdida a sus 6.077 socios ascendió a 717 millones de euros.
La decisión del Collectif de incluir a otras partes en la demanda amenaza con ampliar las consecuencias del escándalo más allá del propio H2O.
Natixis, que forma parte de la cooperativa bancaria francesa BPCE, inicialmente dio su apoyo a H2O tras la revelación del Financial Times. Sin embargo, luego anunció en 2020 que se desharía de su participación mayoritaria en la empresa después de que los reguladores franceses intervinieran y obligaran a H2O a congelar varios de sus fondos. Natixis dijo que creía que las reclamaciones carecían de fundamento y que las “impugnaría enérgicamente”.
KPMG realizó auditorías limpias a los fondos de H2O antes de la revelación del Financial Times. Sin embargo, más tarde señaló serios problemas en torno a la exposición ilíquida, advirtiendo en 2021 que las cuentas de varios de sus fondos se habían vuelto “imposibles de certificar” debido a incertidumbres de valoración e incumplimiento de las reglas.
Mientras tanto, CACEIS es una empresa de custodia y servicios de activos de propiedad conjunta de los bancos europeos Crédit Agricole y Santander y fue durante mucho tiempo el custodio de los fondos de H2O. La AMF dictaminó en enero que las inversiones en bonos ilíquidos de H2O nunca fueron elegibles para fondos abiertos a inversores minoristas.
H2O, KPMG y CACEIS no respondieron de inmediato a una solicitud de comentarios.
La demanda se produce cuando H2O ha seguido amortizando el valor de sus inversiones vinculadas a Windhorst, quien está luchando contra procedimientos de insolvencia contra algunas de sus empresas en múltiples jurisdicciones.
H2O valoró sus inversiones ilíquidas vinculadas a Windhorst en 1.600 millones de euros cuando las separó en los llamados “bolsillos laterales” hace tres años y atrapó los fondos de los inversores.
H2O anunció en enero que había recibido un reembolso de 250 millones de euros de la empresa de inversión Tennor de Windhorst. Sin embargo, la divulgación de su fondo mostró más tarde que una parte significativa de esta cantidad se pagó con nuevos bonos en lugar de efectivo. H2O rebajó en septiembre el valor del resto de inversiones en estos fondos hasta algo más de 300 millones de euros.
La semana pasada, el Collectif obtuvo una victoria legal en el tribunal de París antes de sus presentaciones principales, cuando un juez dictaminó que H2O había “no había proporcionado una divulgación completa y exhaustiva” de las comunicaciones entre Windhorst y los fundadores de H2O. El tribunal impuso multas de 600.000 euros por faltas de divulgación en el pasado y de 30.000 euros por día por cualquier retraso adicional en el suministro de las comunicaciones.
El fallo señaló que un perito designado por el tribunal había encontrado una serie de ejemplos específicos de divulgaciones “incompletas”, como mensajes “cifrados” y una referencia a una carta “enviada a través de una dirección de Google no revelada”.