Groningen lucha juntos en la cuestión del asilo Ter Apel | comentario de DVHN

El municipio de Westerwolde está llevando a cabo un procedimiento sumario contra la Agencia Central para la Acogida de Solicitantes de Asilo (COA). Si se tiene en cuenta que detrás del COA se esconde un gran ministerio, el pequeño municipio de Groningen está en realidad librando una batalla contra «La Haya» e indirectamente también contra el resto de los Países Bajos.

Los habitantes de Westerwold, que en los últimos años se vieron obligados a alojar a demasiados solicitantes de asilo en tiendas de campaña y salas de espera en condiciones espantosas, no pueden seguir así. Se sienten decepcionados por el gobierno y muchos municipios de los Países Bajos, que se niegan a aceptar a solicitantes de asilo con un estatus. La ley de distribución que obliga a los municipios a hacer esto aún no está vigente.

Después de constantes violaciones del acuerdo administrativo, los tribunales deben hacer cumplir que Ter Apel no aloje a más de 2.000 solicitantes de asilo. Es necesario que pasen muchas cosas si los gobiernos quieren llevarse a los tribunales entre sí, pero la tubería está vacía. La situación es inhumana, según la Cruz Roja. De esta manera, el refugio ya no es posible y el apoyo es nulo.

El hecho de que todos los municipios de Groningen y la provincia apoyen plenamente a Westerwolde es más que una poderosa expresión de solidaridad. En la carta urgente dirigida al Ministro y al Secretario de Estado de Justicia y Seguridad se indica que no sólo se está defraudando al municipio de Westerwolde, sino a toda Groningen. El mensaje es: hasta aquí y no más. Esta solidaridad es de gran importancia para el pequeño municipio, que lucha contra muchas reticencias en La Haya.

Sería bueno que Groningen no se detuviera simplemente ante esta carta urgente, sino que, si fuera necesario, continuara la lucha colectiva y sin cesar hasta la introducción de la ley de dispersión. Como se ha hecho evidente, los municipios de Groningen con una cantidad desproporcionada de refugios de emergencia están absorbiendo el golpe en Ter Apel. Groningen debe combinar todas las fuerzas administrativas y sociales para poner fin a un abuso que el gobierno y el resto de los Países Bajos hacen la vista gorda todos los días.

No hay razón, como ya ha demostrado la miseria del gas, para suponer que los Países Bajos tengan compasión por lo que aquí está yendo completamente mal debido a la mala gestión nacional. Sólo por eso nada ni nadie en esta provincia debería relajarse.



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