Pocas palabras de elogio para el juego de los belgas. Los aficionados del Roeselare fueron bastante autocríticos con la actuación de los Red Devils.
Pero también muchas críticas al arbitraje, sobre todo después del segundo gol anulado a Lukaku, porque Openda tuvo el balón en sus manos antes.
Polenplein se disparó dos veces, los vasos de cerveza volaron por el aire, pero otras tantas veces los aficionados quedaron atónitos ante las decisiones del VAR.
Será decisivo en los próximos partidos, contra Rumanía el sábado y Ucrania el 26 de junio.