Las trabajadoras sexuales todavía trabajan actualmente en Hazegras en Ostende, pero tienen que irse de allí debido al nuevo desarrollo de la ciudad.
Los posibles candidatos para el nuevo sitio tendrán voz y voto en el diseño de las habitaciones. Desde el color de la pared, pasando por el grosor de los colchones, pasando por la altura del lavabo. Las discusiones al respecto comenzarán pronto.