Golpe invisible para el Club en la copa
El Club Brugge apenas superó al Patro Eisden en los dieciseisavos de final, pero nadie sospechaba que el STVV sería realmente un cliente difícil en los octavos de final. Con Noa Lang en la base, no parecía haber ningún problema durante mucho tiempo. El holandés, de vuelta de Qatar, puso al Club por delante a la media hora. En esa primera media hora, Blauw-zwart también trajo el fútbol dominante que se puede esperar de un campeón nacional, en casa contra Sint-Truiden.
Mignolet garrafal
No obstante, el Club no pudo entrar en el vestuario con buenas sensaciones. Mignolet, tan a menudo la roca en el oleaje, estuvo en la base del 1-1. Un balón ante Brüls aseguró que el Club todavía tenía trabajo a mitad de camino. Pero cambiar las balizas, eso no era una opción. En la hora en que Vanaken se resbaló, tres Truienaars pudieron hacerse con el balón. Bruno hizo el 1-2 con un balón desviado.
Lo que siguió fue todo nerviosismo. A la contra, Hayashi hizo el 1-3 y en la fase final el STVV completó la derrota del Brujas: 1-4, concierto de flauta y la presión necesaria en el inicio de la vuelta. Vuelta a dos frentes y no a tres, porque en la copa se ha cantado la canción del Brujas.