Gobierno trabaja en el proyecto de ley decreto: 5 mil millones a empresas y para el bono social adiós Isee


El capítulo más rico del traspaso de poder realizado el sábado en el Mef entre Daniele Franco y Giancarlo Giorgetti se centró en los documentos preparatorios de la ley de presupuesto. Pero el primer compromiso del nuevo titular de las cuentas italianas será otro decreto ley sobre las letras. Su tarea principal será extender el sistema de crédito fiscal para compras de energía por parte de empresas y actividades comerciales hasta diciembre, en la forma prorrogada por el decreto Aid-ter. Se necesitarán casi 5.000 millones, que representarán el corazón financiero de la medida. Pero el texto intentará ver también otra cosa.

De hecho, se ha estudiado un mecanismo para reforzar el bono social en las facturas de las familias menos favorecidas, con el objetivo primero de simplificarlo y hacerlo automático. La idea es garantizar el bono, que reduce las subidas de precios de la luz y el gas, a los contribuyentes de menores ingresos, desvinculándolo del parámetro Isee (el techo está ahora en 12 mil euros) que deben solicitar las familias. Precisamente este pasaje, como muestra el seguimiento ministerial, resultó ser un obstáculo no menor para el uso efectivo de las ayudas. Porque muchas de las familias afectadas desconocen el bono, a pesar de que está indicado en el proyecto de ley, y casi la mitad de los recursos asignados aún no han sido explotados.

El problema ha sido subrayado varias veces por el propio Giorgetti en su papel de Ministro de Desarrollo Económico del gobierno de Draghi. Y su traslado a Via XX Settembre lo devuelve a la actualidad. La bonificación, en esencia, llegaría directamente a quienes tienen derecho a ella incluso sin realizar una solicitud. El paso más complejo a nivel técnico está vinculado a la armonización de los umbrales de ingresos, que son individuales, para ayudas que en cambio se dirigen a las familias. Las obras están en curso.

Mucho más sencilla, en cambio, es la regla sobre bonificación de impuestos para empresas de electricidad y gas. En este caso solo se trata de confirmar los créditos fiscales ya vigentes hasta el 30 de noviembre para diciembre. El costo, 4.700 millones por mes a precios de fines de septiembre, podría corregirse en función de la dinámica de precios más actualizada. Pero la dimensión económica es esa, y resume la medida principal de la nueva disposición.

Por otro lado, la hipótesis de la réplica del bono antiinflación de 150 euros parece perder significativamente. Habría fondos, porque Nadef deja márgenes de aproximadamente 9.400 millones, absorbidos sólo la mitad por la extensión de los créditos fiscales. Pero la primera urgencia del gobierno de Meloni es ahora ampliar los márgenes para la próxima ley de presupuesto (ver el artículo al lado). Por ello, los técnicos de Via XX Settembre han desempolvado un mecanismo ya utilizado en el pasado, que en la práctica se traduce en un adelanto a este año de gastos previstos para el próximo. Por ejemplo, el año pasado la movida se refería a los fondos anuales de los Ferrocarriles, e incluso ahora el mecanismo se aplicará a los gastos no diferibles, que podrían incluir misiones internacionales. El truco permitiría reducir el déficit inicial al 3,1-3,2 % durante el próximo año, ahora indicado en el 3,4 %, sin cambiar el umbral del 5,6 % para 2022.



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