Hasta el 31 de diciembre de 2022, Lombardía, Piamonte, Emilia-Romagna, Veneto y Friuli-Venezia Giulia estarán en estado de emergencia debido a la escasez de agua. Esto facilitará que el gobierno libere fondos y apoyo para combatir los efectos de la sequía en las regiones alpinas y áreas a lo largo del Po. El gobierno italiano ha puesto a disposición de las regiones 36,5 millones de euros.
Por lo tanto, el estado de emergencia está en vigor en las zonas más afectadas por la sequía. El norte de Italia, en particular, está experimentando actualmente una grave sequía. Los grandes lagos como el lago de Garda tienen considerablemente menos agua de lo habitual en esta época del año.
El nivel del agua en el Po, la corriente más larga de Italia, bajó tanto que millas de agua salada se filtraron en el lecho del río en la desembocadura del mar. En algunos lugares, el nivel es el más bajo en 70 años. Ciudades como Pisa y Verona han restringido recientemente el uso del agua. Venecia y Milán han cortado algunas de sus fuentes.
Es casi seguro que la gravedad y la probabilidad de sequías han aumentado en el Mediterráneo y otras regiones del mundo como resultado del cambio climático.