Giancarlo Quaranta, comisario de Acciaierie d’Italia nombrado el 20 de febrero por el ministro Adolfo Urso, es un técnico con más de cuarenta años de experiencia en la industria siderúrgica y, en particular, en la fábrica de Taranto. El nombramiento de Quaranta se suma a la admisión, con efecto inmediato, de Acciaierie d’Italia en administración extraordinaria después de que Invitalia, el accionista de la empresa, presentara la correspondiente solicitud ante Mimit el domingo por la noche. El nombramiento de Quaranta, valorado positivamente por los sindicatos, da la señal de que queremos comenzar con el reinicio de la producción de la empresa después de años de escasez. De hecho, el año pasado Acciaierie no cumplió sus objetivos de producción: produjo 3 millones de toneladas de acero frente a los 4 previstos. Y ni siquiera los años anteriores fueron mejor. Natural de Nardó en Apulia, provincia de Lecce, Quaranta se licenció en Ingeniería Electrónica, Automática y Electrónica Biomédica por la Universidad de Nápoles y su primer día de trabajo en la entonces estatal Italsider se remonta al 2 de enero de 1984. Escribe sobre sí mismo en su propio perfil de Linkedin: “Años durante los cuales tuve la oportunidad de vivir múltiples experiencias” y “abarcar diversos roles con creciente responsabilidad y sobre todo conocer a muchas personas (emprendedores, directivos, empleados) que me permitieron adquirir conocimientos sobre la gestión de la empresa”. ‘fábrica que produce acero’. En 40 años he experimentado los múltiples cambios de gestión de esta “fábrica” hasta noviembre de 2018, fecha a partir de la cual mi tarea se limitó únicamente a los intereses de Ilva en AS. Muchos – escribe Quaranta – están comprometidos a encontrar la solución definitiva a los numerosos temas sociales, productivos, financieros y ambientales críticos de esta histórica ‘fábrica'”. El ingeniero Quaranta es actualmente director de la división técnica y operativa de Ilva en administración extraordinaria y, desde octubre de 2022, presidente de Scaip, el Consorzio Elettrosiderurgici Italiani para el hierro prerreducido, el semiproducto utilizado para alimentar los hornos eléctricos. Un consorcio que agrupa a una decena de industriales siderúrgicos del Norte y que ha solicitado financiación al concurso del Ministerio de Medio Ambiente para construir en Taranto una segunda planta pre-reducida tras la proyectada por la empresa pública Dri d’Italia (de propiedad absoluta por Invitalia ) para Acerías. Para esta inversión, el consorcio también ha optado por una superficie de 20 hectáreas dentro de la zona económica especial del Jónico, que aprovecha el puerto de Taranto. La opción expiró a finales de 2023, pero se renovó por otros seis meses también porque aún no está clara la cantidad de fondos públicos para apoyar el préstamo prereducido.
Además, Quaranta dirigió el equipo técnico que, junto con los comisarios de la administración extraordinaria de Ilva, inspeccionó la acería de Taranto en junio de 2020. Y en esta calidad, Quaranta regresó el pasado 2 de febrero para la inspección solicitada por el ministro Urso, que sin embargo no tomó lugar debido a la falta de colaboración de Acciaierie que no tenía intención de proporcionar los datos solicitados. Finalmente, Quaranta, junto con otros directivos del ex Ilva, estuvo implicado, acusado de complicidad en homicidio, en el asunto del pequeño Lorenzo Zaratta, de cinco años, fallecido en Tarento a causa de un raro tumor cerebral. Sin embargo, en julio de 2022, el juez de la audiencia preliminar, Pompeo Carriere, falló en contra del imputado, afirmando que existía “una situación insuperable de duda razonable sobre la existencia real del nexo de causalidad entre la conducta alegada imputada a los imputados y la muerte del pequeño Lorenzo”. En cambio, el fiscal Mariano Buccoliero había solicitado la acusación. La decisión del juez de instrucción fue posteriormente impugnada por el mismo fiscal ante el Tribunal de Apelación, que ordenó un nuevo proceso, actualmente en curso en el Tribunal de Tarento. Pero dos de los ocho imputados iniciales, entre ellos Quaranta, se retiraron del proceso porque en el momento de los hechos ya no desempeñaban las funciones impugnadas en la fábrica.