En su momento, este vicepresidente de la CDU aseguró con su firma que parlanchines amigos del partido recaudaban millones por cubrebocas de diez, el precio de mercado veinte veces mayor. Él mismo pudo mudarse a una villa por valor de cuatro millones de euros en las afueras de Berlín durante la pandemia. Hace un año, el ministro Spahn ordenó a sus funcionarios que no revisaran las listas de pruebas: “Los sindicatos de médicos no están siendo utilizados para esto”, dijeron los sabuesos de Spiegel TV en un documento. “Porque de lo contrario, la voluntad de probar se reduciría en gran medida”. Se proporcionó un total de diez mil millones de euros.
En la capital alemana, los clanes árabes criminales se han convertido en un deporte para defraudar al gobierno con los centros de pruebas corona. El personal con formación médica de repente trabajaría en oscuros ‘Spätis’. Pero en ninguna parte de la estricta República Federal se verifican las miles de pruebas diarias por calle de prueba.
saqueo estatal
Mohammed A. era uno de los chicos astutos que querían saquear la tienda de ‘Vater Staat’. Según la justicia, le exprimió cincuenta mil euros. La policía de la capital investiga ahora a 400 sospechosos.
Mohammed A. no es una excepción. En toda Alemania se está pagando capital por calles de prueba, que resulta que ni siquiera existen. Los nombres ficticios en un papel garabateado fueron suficientes para que los fondos de seguro de salud pagaran las lucrativas cantidades. Solo en la capital, Berlín, eso fue cuatrocientos millones de euros. Según los detectives, era “un juego de niños conseguir dinero, sin compensación”.
De hecho, los oficiales asumen que “el noventa por ciento de los centros de prueba hicieron trampa en la factura”. En una calle promedio de Berlín, incluso ahora se pueden ver tiendas de campaña de rusos que buscan Covid-19 sin siquiera llevar una computadora portátil. Más adelante hay un restaurante vietnamita, que se ha transformado en un centro de pruebas. Y un vendedor de periódicos también lo mordisquea. “La oportunidad hace al ladrón”, según los servicios de investigación.
‘Un escándalo increíble’, es la reacción de reconocidos medios alemanes como el Süddeutsche | Zeitung, así como de los ciudadanos que son cuestionados al respecto. Pero el asunto aún no ha tenido ramificaciones políticas.
El sucesor de Spahn, el médico Karl Lauterbach, del izquierdista SPD, aprieta ahora las riendas: “Habrá menos dinero por prueba, controles más estrictos y los ciudadanos tendrán que pagar tres euros por prueba”, comunicó la semana pasada el ministerio.