El propietario Frans Nieuwland de Opa’s Hengelsport apenas puede contener las lágrimas cuando habla del cierre inminente de su negocio en el centro de la ciudad de La Haya. De Hagenaar dirige un negocio de cañas de pescar en La Haya desde hace dieciocho años, pero pronto tendrá que abandonar sus instalaciones porque ya no puede pagar el alquiler. La crisis de la corona todavía parece matarlo. “No voy a sobrevivir a esto”.
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