Turquía acusa a Finlandia y Suecia en particular de albergar al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), con el que Turquía ha estado involucrada en una guerra de guerrillas durante décadas. Turquía, Estados Unidos y la Unión Europea consideran al PKK una organización terrorista. Según Turquía, el partido está recaudando fondos y reclutando en Suecia y Finlandia.
A su llegada a Berlín, el canciller turco Mevlut Cavusoglu arremetió contra los países nórdicos. Calificó de “inaceptable e indignante” que los posibles miembros de la OTAN apoyen al PKK.
Sin embargo, más temprano en el día, Ibrahim Kalin, el portavoz del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, dijo que la puerta no está cerrada. Kalin, quien también es el principal asesor de política exterior de Erdogan, dijo a la agencia de noticias Reuters que Turquía quiere negociar medidas enérgicas contra las actividades “terroristas”, especialmente en Estocolmo.
Kalin suavizó así las palabras del propio Erdogan, quien dijo el viernes por la noche que no estaba a favor de ampliar la OTAN para incluir a los dos países del norte.
Finlandia y Suecia quieren unirse a la alianza militar en respuesta al ataque ruso a Ucrania. Los treinta países de la OTAN deben dar luz verde para que se unan nuevos miembros. Una reunión informal de la OTAN tendrá lugar en Berlín el sábado. También está presente el ministro de Relaciones Exteriores, Wopke Hoekstra.