La convocatoria propone que los países firmantes publiquen sus subsidios a los combustibles fósiles antes de la próxima COP29, prevista para noviembre de 2024. En Bélgica, este inventario ya está siendo realizado por el gobierno federal, afirma la oficina del ministro federal de Clima, Zakia Khattabi (Ecolo ).
El importe de las “subsidios” a los combustibles fósiles en Bélgica en 2020 se estimó en casi 13 mil millones de euros, de los cuales casi 11 mil millones de euros en subsidios directos (principalmente en forma de exenciones fiscales o impuestos especiales reducidos o IVA) y alrededor de dos mil millones de euros. en subvenciones indirectas (principalmente a través del sistema fiscal para los vehículos de empresa y la exención del IVA sobre los billetes de avión).
El viceprimer ministro de MR, David Clarinval, dijo en un mensaje en X que está en contra de que el gobierno federal ponga fin a las políticas que apoyan los combustibles fósiles. Señaló que “detener este apoyo significaría poner fin a la tarifa social para cientos de miles de belgas y abolir los coches de empresa (incluidos los eléctricos)”.
La ministra de Energía, Tinne Van der Straeten (Verde), cuestiona que poner fin a los subsidios a los fósiles conducirá al fin de la tasa social. “La ministra Clarinval engaña a las familias belgas: la tarifa social es un apoyo financiero para ayudar a las familias más desfavorecidas a pagar sus facturas de energía, independientemente de la fuente de energía”, afirma.
Según Van der Straeten, es necesario implementar una “política eficiente” para ayudar a las familias belgas en la transición energética. Para ella, la energía renovable es “la única energía que nos ayuda a luchar contra la crisis climática y al mismo tiempo reducir la factura energética”.