Los expertos dicen que tienen “pruebas sustanciales” que apuntan a “la intervención directa del ejército del gobierno ruandés en territorio congoleño, al menos entre noviembre de 2021 y octubre de 2022”.
El nuevo informe, que sigue a un informe anterior con hallazgos similares en el verano, llega cuando aumenta la presión sobre Ruanda para que se distancie del M23. Desde que retomó las armas a fines del año pasado, el movimiento ha logrado hacerse con el control de una parte importante de la provincia de Kivu del Norte y mantenerlo así. Esto ha provocado altas tensiones entre Kinshasa y Kigali en las últimas semanas.
Las autoridades congoleñas han acusado durante mucho tiempo al régimen de Ruanda de estar involucrado en los disturbios de larga data en el este. En las últimas semanas, Washington, París y Bruselas, entre otros, han pedido a Kigali que ponga fin al apoyo al M23.
Los expertos creen que las operaciones del ejército ruandés están destinadas a “reforzar el M23” y están dirigidas “contra las FDLR”. El FDLR es otro grupo armado, sin embargo fundado por hutus que estuvieron involucrados en el genocidio de los tutsis. El régimen de Kigali ve a las FDLR como una amenaza y ha señalado la existencia y peligrosidad de esta milicia antes de anteriores intervenciones en territorio congoleño.
Ruanda lleva semanas repitiendo que no apoya al M23.