El Centro de Ciberseguridad recuerda que los ataques de denegación de servicio son algo cotidiano en Internet y la mayoría de los ataques no afectan las actividades de las organizaciones ni de los ciudadanos.
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Centro de Ciberseguridad de la Agencia Finlandesa de Transportes y Comunicaciones Traficom dice haber recibido notificaciones de organizaciones finlandesas sobre ataques de denegación de servicio más de lo habitual.
– Aunque se habla del tema y las interrupciones en el uso de diversos servicios en línea son espectaculares, los efectos de los ataques son en su mayoría pequeños, afirma.
El Centro de Seguridad Cibernética dice en su revisión Tietoturva now que un ataque de denegación de servicio es básicamente una expresión de los sentimientos del mundo cibernético. El bloqueo de servicios es una forma que tienen los hacktivistas de llamar la atención, y cada año se reportan decenas de miles de ataques en Finlandia.
– Un ataque de denegación de servicio puede, en el peor de los casos, significar que un ciudadano no pueda acceder al servicio en línea que desea. O el hecho de que los servicios internos de la organización no estén funcionando temporalmente, lo que impide al menos parcialmente el trabajo remoto, dice el comunicado de prensa del Centro de Seguridad Cibernética.
En un ataque de denegación de servicio, nadie accede a nada y, por ejemplo, no se roban los datos de los clientes. Es difícil prevenir los ataques por completo, pero las organizaciones que están preparadas para ellos de antemano pueden combatirlos y evitar daños a su reputación.
– Las organizaciones nacionales están bien protegidas contra los ataques de denegación de servicio, pero los atacantes también están desarrollando sus herramientas, recuerda la autoridad.
¿Cómo funciona un ataque de denegación de servicio?
El funcionamiento de un servicio o plataforma en línea que es objeto de un ataque de denegación de servicio se ve interrumpido al atacarlo artificialmente con tanto tráfico que el servicio se congestiona y, en el peor de los casos, su uso se bloquea temporalmente por completo.
En el peor de los casos, un ataque de denegación de servicio significa que un ciudadano no puede acceder al servicio en línea que desea o que el trabajo en la organización se ve interrumpido debido al bloqueo de los servicios internos.
En los mayores ataques de denegación de servicio del otoño, los volúmenes de tráfico superaron los 100 gigabits por segundo.
Según el Centro de Ciberseguridad, la mayoría de los ataques de denegación de servicio actuales se llevan a cabo de forma distribuida, lo que significa que el tráfico se dirige al mismo tiempo desde muchas fuentes diferentes.
Los ataques suelen utilizar botnets, que pueden incluir sus dispositivos, si la seguridad de los datos del enrutador de su hogar no está a la altura.