Esto es lo que debes hacer si tu perro sufre un problema de hierba

Los perros pueden sufrir bastante en esta época del año: cenadores de hierba. En los meses de julio y agosto, los bordes de los caminos y los prados se llenan de ellos. Incluso puedes encontrarlos en la acera. Las espinas pueden quedar atrapadas en el pelaje o la piel del animal y, con un poco de mala suerte, incluso en la nariz o la garganta. Eso es doloroso y peligroso. Las asistentes veterinarias Lisa Brandes y Chelsee Vlassak saben cómo reconocer que su perro ha cogido una oreja de hierba y qué hacer al respecto.

Los picos de hierba se crean cuando la hierba silvestre florece. Son las semillas de la hierba. Suelen ser verdes al principio, pero a medida que se secan se vuelven amarillas y se desintegran en semillas sueltas. Lo que hace que los tallos sean tan traicioneros es que tienen púas. Estas son esas largas espinas que sobresalen de la oreja. Las púas los hacen fáciles de colgar en la piel.

“Son despiadados y realmente pueden terminar en cualquier parte”, explica Chelsee. Por lo tanto, no hay ciertos lugares donde se presenten con mayor frecuencia en el animal. De pies a cabeza e incluso en los ojos o la nariz. La prevención es difícil porque las espigas crecen en muchos lugares.

Síntomas
Dado que la prevención es difícil y ‘todos los perros se ven afectados por igual’, es muy importante prestar atención a los síntomas, según los auxiliares veterinarios:

  • Tu animal puede temblar mucho, agitar las orejas o rascarse.
  • Cojera aguda. Debido a que la hierba penetra rápidamente en la piel, su animal puede cojear repentinamente o tener dolor en la pata.
  • Una piel roja con salida de ‘líquido’. Se puede ver una pequeña entrada en el lugar donde se perfora la hierba.
  • Las arcadas, masticar mucho o estornudar pueden ocurrir cuando su animal tiene hierba en la boca o la nariz.

Comprobar después de caminar
Actuar rápidamente puede ahorrar mucho sufrimiento, también enfatiza Lisa Brandes de Dierenziekenhuis en Breda. “Cuanto más tarde estás allí, peor es. Molesto porque se clavan más y más en la piel”. Por lo tanto, revisar a su animal después de un paseo puede marcar una gran diferencia.

Los picos de hierba que ves tú mismo se pueden quitar con unas pinzas. “En caso de duda, lo mejor es consultar con el veterinario”, enfatiza Chelsee.

Si resulta que la hierba es demasiado profunda, existe la posibilidad de que tenga que ser removida con cirugía. “Esa es a veces una operación pequeña, pero también puede tomar mucho tiempo si tenemos que buscar la oreja. Esto se hace abriendo diferentes lugares y cosiéndolos para cerrarlos nuevamente”, dice Chelsee. Según Lisa, lo más molesto es cuando el césped se cae a pedazos. “Luego tenemos que encontrar todas las piezas y seleccionarlas”.

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