La embajada de Estados Unidos publicó la advertencia en su sitio web el jueves. “La embajada está monitoreando los informes de que los extremistas tienen planes concretos para atacar grandes reuniones en Moscú”, dijo. “Por ejemplo, podrían ser conciertos. Aconsejamos a los ciudadanos estadounidenses que eviten grandes reuniones durante las próximas 48 horas”.
La embajada no sólo recomienda evitar lugares concurridos, sino también monitorear los medios locales en busca de noticias y estar alerta ante cosas extrañas que puedan suceder en el área de cada uno. Los estadounidenses no especificaron qué tipo de amenazas estaban involucradas ni quién podría estar detrás de ellas. Las autoridades británicas han aceptado la advertencia.
Ayer, el servicio de seguridad ruso FSB informó que había frustrado un posible ataque del grupo terrorista EI contra una sinagoga en Moscú. Los posibles autores fueron asesinados. Sin embargo, no está claro si se trata de la misma amenaza que están discutiendo Estados Unidos y el Reino Unido.
Los observadores sugieren que también podría tratarse de una operación rusa de falsa bandera. Ésa es una operación en la que se culpa a alguien más. “Es razonablemente posible que el FSB se involucre en terrorismo en Moscú. Después de eso, Rusia sin duda culpará a Ucrania y sus aliados (EE.UU. y la UE)”, informa Jason Jay Smart del periódico ucraniano. Correo de Kyiv.
Serie de atentados
No sería la primera vez que sucede algo así. En septiembre de 1999, una serie de ataques con bombas contra edificios de apartamentos en Moscú, Buynaksk y Volgodonsk mataron a más de 300 personas e hirieron a más de 1.000. Los ataques causaron miedo en todo el país y desembocaron en la Segunda Guerra Chechena. La forma en que Putin –entonces Primer Ministro de Rusia– manejó la crisis impulsó su popularidad y le ayudó a ganar las elecciones presidenciales unos meses después.