Estados Unidos mató al líder de Al Qaeda, Ayman al-Zawahiri, en un ataque con drones en Afganistán durante el fin de semana, dijo un alto funcionario de la administración, en la primera operación antiterrorista conocida en el país desde que cayó en manos de los talibanes el año pasado.
“Su muerte asesta un golpe significativo a al-Qaeda y degradará la capacidad del grupo para operar, incluso contra el territorio estadounidense”, dijo un alto funcionario de la administración estadounidense.
El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, anunció el lunes por la noche en la Casa Blanca que la operación se había llevado a cabo.
Zawahiri era el número dos de Osama bin Laden y tomó el control de al-Qaeda después de que los Navy Seals de EE. UU. mataran a bin Laden en una redada en 2011.
Estados Unidos se enteró de que la familia de Zawahiri se había mudado a una casa segura en Kabul y luego localizó allí al líder de al-Qaeda. Altos funcionarios de la administración de EE. UU. fueron informados sobre la inteligencia en abril y luego informaron al presidente sobre su paradero.
Altos funcionarios talibanes estaban al tanto de su ubicación en Kabul, dijo el alto funcionario de la administración estadounidense.
Los funcionarios estadounidenses creen que Zawahiri es la única persona que murió en el ataque. Un alto funcionario de la administración estadounidense dijo que el ataque con drones que mató a Zawahiri tuvo lugar el domingo en Afganistán y que se dispararon dos misiles Hellfire.
Zawahiri, un médico, anteriormente dirigió la Yihad Islámica Egipcia antes de que el grupo se fusionara con al-Qaeda. Más tarde subió la escalera de la organización terrorista.
Se cree que planeó el ataque de octubre de 2000 contra el USS Cole en Yemen que mató a 17 miembros del servicio estadounidense, y también fue un arquitecto de los ataques terroristas mortales del 11 de septiembre de 2001 que mataron a casi 3.000 personas.
Fue acusado por Estados Unidos por su presunto papel en los atentados con bombas de 1998 contra las embajadas del país en Tanzania y Kenia.
El Departamento de Estado de EE. UU. había ofrecido una recompensa de hasta 25 millones de dólares por información sobre Zawahiri.