Astrid Tieke ha estado durmiendo en diferentes hoteles desde la semana pasada porque ya no puede vivir segura en su casa. Su marido, que a veces puede ser muy agresivo debido a su enfermedad mental, la tiró al suelo y trató de estrangularla.
La mujer de 72 años de Hoofddorp huye de la casa en ese momento y encuentra protección con su vecino. La policía se lleva a su esposo y lo internan en un hotel, pero a la mañana siguiente el hombre vuelve a ser “normal” en la galería de Overbos. Decidió no presentar cargos. “Porque, según la policía, eso no serviría de nada sin testigos”, añade Astrid.
De hotel en hotel
“Alguien de la línea directa Hogar Seguro vino a visitarme de inmediato y me aconsejó que huyera de la situación”, dice Astrid. El empleado organizará una estadía de una noche en el hotel De Beurs en Hoofddorp, pero solo será una noche.
El esposo de Astrid tiene problemas psicológicos y está siendo tratado por un psiquiatra por demencia. Mientras tanto, debe presentarse personalmente en el hospital, donde investigarán su situación. Pero no puede hacerlo, el servicio de crisis lo habría dado como motivo para retirarse. A pesar de que en repetidas ocasiones amenazó con quitarse la vida o prender fuego a su casa.
Astrid decide irse a casa de todos modos. Pero después de dos semanas de caminar sobre cáscaras de huevo en la casa, por temor a su esposo, la situación resultó ser insostenible. Se va de nuevo a un hotel. Primero en Haarlem, luego se hospeda en hoteles en Leiden, Oegstgeest y Hoofddorp. Ella lo paga todo de su propio bolsillo. Sus ahorros ahora están casi agotados.
Las instituciones se apuntan unas a otras
Junto con Astrid, el reportero Niels van Steijn visita el ayuntamiento. La mujer no experimenta ningún apoyo ni comprensión por parte del municipio, e incluso después de horas de conversación con voceros del consejo municipal, Astrid obtiene la respuesta de que ‘Hogar Seguro’ es la directora.
Pero a esa organización no le importa, no le dan una solución concreta a Astrid y apuntan al municipio. El ‘punto de contacto’ tampoco tiene tiempo para responder a las preguntas del NH Nieuws. Mientras tanto, Astrid solo ha reservado una noche de hotel con su último dinero de bolsillo, pero sin una solución estructural pronto estará en la calle con sus cosas.
Para dejar atrás la situación lo antes posible, Astrid ha solicitado el divorcio. También está en contacto con una trabajadora social de Stichting Meerwaarde.