Escalofriante declaración de un banquero sobre el asesinato de una estrella porno holandesa


Según Fontana, mató a la holandesa-italiana Carol -conocida en la industria del sexo como Charlotte Angie- mientras hacía una película porno. “Estaba atada a una barra de lap dance y tenía una bolsa en la cabeza. Empecé a golpearla por todo el cuerpo con un martillo, no muy fuerte. Cuando llegué a la cabeza, comencé a golpearla fuerte. Yo no sé por qué. No sé qué me pasó. No sabía qué más hacer y le corté la garganta con un cuchillo de cocina. La observé durante media hora y luego me fui a casa”. Luego habría comprado ‘un hacha y una sierra para metales’ para cortar el cuerpo en pedazos en un momento posterior.

Mensajes de texto

Los dos se habían conocido en Instagram en 2020. Fontana habría dejado a su esposa por Carol. Después del asesinato, tardó dos meses en creer que la joven seguía viva. Envió mensajes de texto desde su teléfono celular. “Quería que la gente creyera que todavía estaba viva”.

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Después de un largo interrogatorio en el carabineros Fontana confesó que “tardaron tres días” en desmembrar su cuerpo. También habría intentado quemar sus restos en una barbacoa mientras se alojaba en un bed and breakfast. Usó alcohol para alimentar el fuego. Finalmente arrojó los restos en las montañas de Borno (cerca de Brescia), mientras estaba de vacaciones en un hotel en Boario Terme. “Cuento todo esto porque quiero deshacerme de esta carga”, dijo Fontana, según notas de detectives disponibles para los medios italianos.

‘Dejando el mundo del porno’

Los restos de Angie fueron encontrados el 20 de marzo. Según Fontana, quien también es bloguera gastronómica y fotógrafa, ya la mató el 10 u 11 de enero. En los dos meses siguientes logró engañar a los conocidos de Angie. Fontana habría dejado saber que ‘quería cambiar de vida y dejar el mundo del porno’.

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Para encubrir los rastros, habría limpiado el apartamento de Carol, donde tuvo lugar el asesinato. También compró un arcón congelador en Amazon para almacenar las sobras. Al final optó -después de deambular con las partes del cuerpo- por arrojar los restos a las montañas.



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