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Si piensas en Ikea, es posible que pienses en diseño escandinavo, grandes cobertizos con muebles modulares y herencia sueca. Tal vez no pienses en un cruce de autopistas concurrido en los Países Bajos.
No obstante, es aquí donde se encuentra quizás la parte más importante del creciente imperio Ikea. Inter Ikea, propietaria de la marca y del concepto, además de responsable del diseño y la fabricación de productos del grupo, tiene su sede en Delft, justo al lado de la autopista que une Róterdam y La Haya.
Su ubicación es clave para una estructura polémica. La Comisión Europea ha estado investigando el tratamiento fiscal de los Países Bajos a Inter Ikea por el Últimos siete años en un caso que aún no se ha resuelto.
Ikea fue desmembrada por su legendario fundador, Ingvar Kamprad, en los años 80 por dos motivos: darle vida eterna, asegurándose de que nunca pudiera ser adquirida en una adquisición hostil, y minimizar los impuestos. Su hogar espiritual puede seguir estando en los bosques suecos de Älmhult, pero las dos partes principales de Ikea están ahora radicadas en las ciudades estudiantiles holandesas de Delft y Leiden.
Comprender cómo se organiza todo el imperio es a veces como intentar construir sus muebles sin un manual de instrucciones. Pero en esencia, el sistema está diseñado como un sistema de franquicia clásico, solo que uno en el que el franquiciador y el franquiciado principal alguna vez fueron la misma empresa.
Inter Ikea es el franquiciador, el equivalente a Starbucks, McDonald’s o Burger King. El grupo Ingka, con sede en Leiden, es el franquiciado principal, representando el 90 por ciento de las ventas de Ikea (Inter Ikea tiene una sola tienda en Delft). Los vínculos entre los dos son profundos: los ejecutivos a menudo se trasladan de un lado a otro.
Para comprender una de las empresas privadas más importantes de Europa, que el año pasado facturó 48.000 millones de euros, es esencial entender lo que sucede en Delft y en Inter Ikea.
Jon Abrahamsson Ring es el discreto director ejecutivo de Inter Ikea y ex asistente de Kamprad, quien falleció en 2018, 75 años después de fundar Ikea. Los dos solían pasar horas en el supermercado alemán Lidl después de que abriera sus primeras tiendas en Suecia, explorando lo que hacía bien.
“Ingvar siempre hablaba de siglos, no de décadas o años”, afirma Ring, explicando la decisión de emplear un sistema de franquicias para ayudar a Ikea a sobrevivir más allá del siguiente ciclo comercial. Todas las tiendas Ikea pagan el 3 por ciento de su facturación como cuota de franquicia a Inter Ikea, que a su vez proporciona la marca, la gama de productos y la fabricación.
Los cínicos también podrían decir que Kamprad también habló mucho de impuestos. Abandonó Suecia en los años 70 en protesta por lo que consideraba niveles de impuestos exorbitantes, tan altos que sus tres hijos podrían verse obligados a vender Ikea o a sacarla a bolsa. Así que buscó jurisdicciones con ventajas fiscales y se estableció en los Países Bajos y Liechtenstein, donde creó fundaciones que todavía controlan Inter Ikea e Ingka hasta el día de hoy. “Siempre hemos visto los impuestos como un costo, igual a cualquier otro costo de hacer negocios”, dijo en 2011.
La investigación fiscal de Bruselas se refiere a la forma en que los Países Bajos gravaron a Inter Ikea por la forma en que utilizó préstamos intraempresariales para desarrollar su sistema de franquicias. Se trata de un asunto entre la Comisión y los Países Bajos, según ha señalado Inter Ikea, que ha subrayado que considera que ha sido gravada de acuerdo con las normas de la UE.
Sea cual sea el resultado del caso, no hay duda de la importancia central de Inter Ikea. Ring destaca el trabajo para hacer realidad el eslogan un tanto extraño del grupo: “hacer que la vida cotidiana de muchas personas sea mejor”. Para ello, Inter Ikea se centra este año en reducir los precios después del sufrimiento de verse obligado a aumentarlos durante la pandemia de Covid-19 debido a la inflación y los problemas en la cadena de suministro. “Si hay una oportunidad, bajamos el precio, no aumentamos el margen. Los bolsillos de los clientes son más finos”, dice Ring. Señala, por ejemplo, que la icónica estantería Billy se redujo de 99 a 79 euros.
Inter Ikea ha reducido costes estandarizando productos (por ejemplo, haciendo que los cajones de los distintos muebles tengan el mismo tamaño) y reduciendo el uso de materiales. También ha desarrollado sus operaciones de comercio electrónico, así como nuevas tiendas en el centro de la ciudad, como la que planea abrir en Oxford Street en Londres, para complementar sus grandes almacenes fuera de la ciudad, que a su vez han cobrado nueva vida al ser utilizados como centros de distribución de pedidos online.
La posición preeminente de Ikea en el sector del mobiliario parecía estar en peligro cuando Kamprad murió hace seis años, pero esa amenaza parece haber disminuido, en parte debido a la rapidez con la que Ikea ha cambiado. Eso hace que un viaje al cruce de la autopista A13 sea aún más importante en estos días.
INCÓGNITA: @rmilneNordic
richard [email protected]