Gran actuación de los dos defensores, que no dejan tocar el balón a sus rivales. Pero no sólo eso: ambos repartieron balones y además se vieron durante la fase de construcción
Los dos gigantes se miraron furtivamente durante todo el partido y a unos cincuenta metros de distancia uno del otro. Bloquearon a los delanteros, golpearon a los extremos que se les acercaron y luego levantaron la cabeza con orgullo. Acerbi y Buongiorno fueron los hombres clave del Inter-Napoli. Los ministros de las dos defensas. Los mejores sobre el terreno de juego en un partido de campeonato que estuvo a la altura de las expectativas. Francesco detuvo a Lukaku, que era atrapado por la afición del Inter en cada toque de balón, mientras que Alessandro limitaba el radio de acción de Lautaro mordiéndolo en cada duelo físico. Los ganadores son ellos dos.
ACERBI
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El partido de Acerbi contra Lukaku hay que mostrarlo a todo aquel que quiera ser defensor. El cartel del goleador perfecto. El ex jugador del Sassuolo persiguió al belga por todo el campo y nunca se rindió. Lo marcó, limitando su juego en profundidad. Sólo una acción de peligro, aquella en la que Calhanoglu le cedió un balón en el centro del campo y éste dio de comer a Kvara. Pero “Ace” aún se destacó al intervenir en las divisiones para frenar al georgiano. Al levantarse recibió el aplauso de sus compañeros. Por último, un dato: Acerbi repartió 61 balones, los mismos que Calhanoglu, elevando su radio de acción al centro del campo. Entonces, no sólo tacleadas. A estos se suman tres duelos aéreos ganados y cuatro balones interceptados. Antes de esta noche se había perdido por lesión el Young Boys, Arsenal, Juve, Empoli y Venezia. Un excelente retorno.
BUEN DÍA
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El Nápoles también puede estar tranquilo. Buongiorno mantuvo a raya a Lautaro Martínez con un juego similar al de Acerbi. Nadie jugó más balones que él, 75, luego ganó tres entradas, cuatro duelos aéreos, siete duelos uno contra uno y recuperó seis balones. Nunca sustituido en 11 partidos, y el argentino nunca ha conseguido picar. Se bajó al centro del campo para intentar jugar balones útiles y no fue peligroso. Buongiorno le enjauló como sabe hacer con la tranquilidad y el equilibrio, su mejor virtud. Papá Claudio, de hecho, lo llama “calma plana”, como una película antigua con una Nicole Kidman muy joven. A las 22.45 horas había niebla en San Siro. Buongiorno y Acerbi abandonaron el campo con un 7,5 en sus boletas y una gran actuación personal. Se dieron la mano en mitad de la cancha y luego se dirigieron al vestuario. Nos gusta pensar que uno de los dos habrá pensado más o menos esto del otro: “Pero qué partido”. En defensa ganaron.
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