La planta de energía nuclear Zaporizhia de Ucrania ha estado sin energía de respaldo externa durante tres meses, dejando la planta en un estado «extremadamente vulnerable». Rafael Grossi, jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA), advierte contra esto.
La planta depende de una línea de energía operativa restante de 750 kilovoltios (kV) para la electricidad externa necesaria para el enfriamiento de la reacción y otras importantes funciones de seguridad, dijo el OIEA. Antes de la invasión rusa de Ucrania, la central tenía cuatro líneas de corriente externas de este tipo.
«La situación general en el sitio sigue siendo muy precaria y potencialmente peligrosa», dijo Grossi. «La frágil situación de la electricidad en el sitio sigue siendo una fuente de gran preocupación».
El OIEA estableció cinco principios, que incluyen que Zaporizhia no debe usarse como base militar o instalación de almacenamiento de armas como tanques y artillería que pueden desplegarse desde allí. Esos principios también exigen la garantía del suministro eléctrico externo del sitio y la protección contra el sabotaje.
La OIEA afirma que si falla la línea de 750 kV, como sucedió el 22 de mayo, la mayor central nuclear de Europa tendrá que depender de generadores de emergencia que funcionan con diésel.
Un equipo de expertos del OIEA en el sitio informó haber escuchado dos explosiones de minas terrestres cerca de la planta. Estos «resaltan la tensa situación en medio de altas especulaciones sobre una acción militar inminente en la región», dijo la agencia.
Las tropas rusas han ocupado la planta de seis reactores desde marzo de 2022. Grossi espera visitar pronto la central eléctrica, que sería la tercera vez durante la guerra.