Para muchos fue una sorpresa cuando de repente vieron el “manifiesto del presidente del partido” del lunes como un apéndice al informe de Ronald Plasterk. El documento, una versión borrador y todavía plagado de errores de idioma, se añadió a petición de la líder del BBB, Caroline van der Plas. Ella ve el manifiesto como una forma de facilitar las conversaciones entre el PVV, el NSC, el VVD y su propio partido.
Especialmente en el NSC existe preocupación por las posiciones del PVV, como la prohibición del Corán y de la educación islámica. El líder del NSC, Pieter Omtzigt, ha repetido varias veces que sólo quiere iniciar negociaciones si el PVV respeta el Estado de derecho “de palabra y de hecho”. A Omtzigt todavía no le basta que el líder del PVV, Geert Wilders, jure que todas sus propuestas serán conformes con la Constitución.
Para romper el impasse, el líder de BBB, Van der Plas, presenta el inserto. Para ello se inspiró en las negociaciones de coalición en Flevolanda, donde su partido ha formado desde este año la Junta Ejecutiva Provincial, incluido el PVV. También en este caso las diferencias entre los partidos eran grandes. En particular, Unión Cristiana, posible socio de coalición, se opuso a unir fuerzas con el PVV.
Documento de valores fundamentales
“Todo lo que actualmente provoca tensiones en la política nacional, como el cumplimiento de la Constitución y la práctica de una política respetuosa, también se trataba de eso en su momento”, afirma Herman Sietsma, que participó como formador en las negociaciones en Flevolanda.
Se llevó a cabo una conversación entre los cinco partidos previstos para la coalición en la que redactaron un documento con valores fundamentales. “Rápidamente quedó claro que ésta era la mejor manera de empezar bien el viaje”, afirma Sietsma. Ese documento, que establece, entre otras cosas, que la coalición “respeta a los demás seres humanos” y se adhiere a “las leyes y decisiones judiciales”, se añadió como apéndice al acuerdo de coalición.
“Se podría decir: apégate a la Constitución, eso es evidente, ¿verdad?”, dice Sietsma. “Pero como hay un debate al respecto, es bueno articular la Constitución y enfatizarla”.
Diferentes proporciones
Aunque no es jurídicamente vinculante, las partes pueden recurrir al documento. “Si uno siente que una parte se desvía de la declaración, entonces hay motivos para ver si todavía queremos seguir trabajando juntos”, dice Sietsma. Por el momento esto no fue necesario en Flevolanda. “No he oído hablar de ninguna discusión”.
¿Puede un manifiesto funcionar también a nivel nacional? Para ello es importante hacer una advertencia, subraya Sietsma: las diferencias entre la política nacional y provincial son grandes. “A la provincia no le preocupa la legislación que afecta a nuestra Constitución”, afirma. Además, las relaciones políticas son diferentes. “El BBB era con diferencia el más grande de nuestro país, a nivel nacional ahora es el PVV, lo que proporciona un equilibrio de poder diferente en las negociaciones.”
Por eso Sietsma no se atreve a dar consejos para la política nacional. “Pero un manifiesto merece su propio reflejo”, afirma. ‘Si conduce a la articulación del Estado de derecho y la Constitución, eso siempre me parece útil. Y si se trata de una protección adicional para proteger a los políticos de errores constitucionales, puede ser algo bueno, aunque eso siempre depende del contenido del acuerdo.’