Wetstraat ya parece estar calentándose para 2024. Una nueva reforma estatal parece inevitable, si es necesario por vía “extralegal”, si depende de N-VA. Pero una nueva ronda de distribución de poderes no ofrecerá suficiente consuelo, advierte el Consejo Económico y Social de Flandes (SERV) en un nuevo informe. El SERV es un órgano consultivo en el que los sindicatos y los empresarios asesoran conjuntamente al gobierno flamenco.
Incluso después de una nueva reforma estatal, los estados federales y el nivel federal serán dependientes entre sí, parece. “La distribución de poderes por definición no es perfecta. Los poderes no se pueden delinear claramente”, dice la presidenta del SERV, Caroline Copers. En otras palabras, siempre debe haber cooperación.
Ahí es precisamente donde aprieta el zapato, concluye el SERV. “Especialmente cuando la división de poderes no está clara, descubrir o pelear quién es responsable de lo que a menudo tiene prioridad, en lugar de trabajar juntos en tareas y desafíos comunes”.
Hidrógeno
El SERV ve este problema se confirma en los planes que el gobierno flamenco y federal están desarrollando en el campo del hidrógeno. “El gobierno flamenco tiene una estrategia de hidrógeno. El gobierno federal tiene una estrategia de hidrógeno y una ley de hidrógeno. Consecuencia: Flanders está amenazando con procedimientos legales porque cree que el gobierno federal se está excediendo en sus poderes”.
Numerosos desafíos solo pueden resolverse trabajando juntos, escribe el SERV: el calentamiento global, la transición energética, la digitalización, la inmigración, las pandemias. Es una ilusión pensar que los gobiernos pueden manejarlo solos si los poderes estuvieran mejor distribuidos.
El problema no es que la colaboración no sea posible. El SERV apunta a una proliferación de acuerdos de cooperación, conferencias interministeriales y comités de consulta. Pero esas estructuras se quedan cortas: a menudo son ineficientes o no está claro cuál es exactamente su propósito.
‘Falta de lealtad’
Además, se trata de algo más que estructuras. “Un sistema de colaboración solo tendrá éxito si los responsables políticos y las partes interesadas hacen que el sistema funcione”, dice Copers. En otras palabras: la cooperación solo funciona si los políticos también la quieren. Y la realidad política es que los gobiernos a veces se empujan activamente unos a otros en la dirección correcta. El SERV habla de “falta de lealtad” y señala que, sin embargo, esta lealtad está consagrada en la constitución.
El ciudadano no sirve para tal lucha contra el federalismo, todavía suena. En una carta, Copers, en nombre de los sindicatos y empleadores flamencos, pide al gobierno una mejor cooperación con el nivel federal. Aunque destaca que este llamado a la cooperación aplica para todos los gobiernos.