El voto de protesta al PVV dificulta el gobierno

Con un PVV grande, quedan menos escaños para que otros partidos formen un gobierno estable. Eso hace que abordar problemas graves sea más difícil.

Las elecciones a la Cámara de Representantes parecen ser una carrera reñida el miércoles entre no tres sino nada menos que cuatro partidos, ahora que el PVV de Geert Wilders ha dado un giro tras el debate de la SBS6 y la posterior encuesta de Maurice de Hondón.

El vencedor Pieter Omtzigt, derrotado durante mucho tiempo, anunció finalmente el domingo que quiere convertirse en primer ministro. Podría ser una medida brillante, pero también existe la posibilidad de que algunos votantes ya estén hartos de sus dudas. Por lo tanto, muchos votos de protesta que primero terminaron en manos de Omtzigt pueden terminar en manos de Wilders.

Esto es preocupante porque es prácticamente imposible que otros partidos entren en un gobierno con un PVV grande. Puede que haya dejado en suspenso sus opiniones sobre el Islam por un tiempo, pero todavía quedan planes extremos más que suficientes con los que otros partidos no pueden vivir en absoluto.

Esto significaría que los Países Bajos se aislarían completamente a nivel internacional. Wilders quiere abandonar la UE, detener la ayuda militar a Ucrania y prácticamente quiere hacer estallar la OTAN expulsando a Turquía. Dada la situación geopolítica, esto es extremadamente peligroso.

La farsa de la semana pasada en Schiphol deja claro una vez más que los Países Bajos ni siquiera son responsables de su propio aeropuerto. KLM y Schiphol serían severamente castigadas desde América y Europa por limitar el número de vuelos.

Los principales problemas de nuestro tiempo son el calentamiento climático, los flujos migratorios, la inseguridad y las consecuencias de la tecnología de la información y la inteligencia artificial. Quien piense que los Países Bajos pueden evitar estos problemas o solucionarlos por sí solos está contando una historia completamente increíble. Puede parecer tentador pretender que estos grandes problemas no existen, pero en realidad se trata de una política de avestruz.

La mayoría de los demás partidos probablemente sean conscientes de ello. Por tanto, es muy improbable que se forme un gobierno encabezado por el primer ministro Wilders. Cuantos más escaños tenga el PVV, menos escaños tendrán otros partidos. Esto siempre hace que sea más difícil forjar una coalición gubernamental viable. Esto hace que abordar numerosos problemas sea mucho más complicado.



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