El ‘viejo’ Kolk, el teatro que ocupó un lugar imborrable en Assen hasta su cierre | Esta semana en… 2006

En la serie Esta semana en… recordamos eventos especiales. En enero de 2006 se proyectó la última película en De ‘oude’ Kolk en Assen. Unos meses antes, las luces del escenario ya se habían apagado. Con esto, finalmente cayó el telón del teatro.

Casi nada en el moderno, luminoso y majestuoso edificio De Nieuwe Kolk en Assen nos recuerda al antiguo teatro que allí se encontraba. Sin embargo, el “viejo” Kolk ocupó un lugar imborrable en Assen durante 150 años hasta su cierre.

En 1851, en el lugar del actual complejo teatral ya existía un edificio donde se realizaban regularmente representaciones: la Casa de Conciertos. En la década de 1960, el municipio compró el teatro y le dio el nombre de De Kolk, debido al término del adyacente Vaart.

Miles de personas visitaron el teatro Asser. Cada uno con sus propios recuerdos del lugar. “Eso no debería perderse”, afirma el ex director de teatro Bert Naarding. Junto al escritor Bertus Boivin escribió un libro en 2012, El viejo Kolk para conseguir que el antiguo teatro no caiga en el olvido.

‘No le gustaba Herman Finkers’

Con numerosas anécdotas, fotografías antiguas y recuerdos, el libro describe la rica historia del antiguo teatro. Naarding profundizó en los archivos y habló con nombres conocidos que alguna vez actuaron allí. “Tengo especialmente buenos recuerdos de las actuaciones del comediante Herman Finkers”, reflexiona. “Él viene de Twente al igual que yo, así que fue un buen partido”.

Sin embargo, el entonces desconocido Finkers no fue del agrado de todos en su primera actuación en De Kolk. “Al crítico Jacques d’Ancona no le gustó el joven Twent”, dice Naarding. Esto no empañó su reputación, porque Finkers se convirtió en uno de los comediantes más populares y regresó a Assen varias veces.

Naarding también recuerda claramente la llegada del cine en 1992. Tras el cierre de los cines Apollo y Diana de Assen, el teatro decidió asumir el papel de cine. “Buscábamos otra forma de ganar dinero”, reflexiona. Y eso funcionó. Aunque no todos estaban contentos con esa elección de comercio, resultó ser la única posibilidad de supervivencia.

El público de la ópera y las películas jóvenes de Rambo no van de la mano

Esa combinación resultó no ser del todo perfecta. El público del teatro y el del cine ciertamente no llevaban bien juntos, dice Naarding. Por ejemplo, el público de una representación de ópera tuvo que enfrentarse de repente a jóvenes que venían de una película de Rambo.

“Nos aseguramos en la medida de lo posible que esas pausas no se realizaran al mismo tiempo. Pero a veces esto escapaba a nuestro control”, afirma Naarding. “¿Y qué pasa con el hedor de las palomitas de maíz? ¡Qué bueno que en De Nieuwe Kolk el cine y el teatro estén separados!”

El hecho de que la querida y monumental sala de teatro llegara a su fin fue una pérdida para muchos residentes de Assen. Décadas antes de la decisión, ya se comprobó que el teatro se encontraba en malas condiciones. Siguieron interminables debates en el ayuntamiento de Assen sobre el futuro del edificio. En el año 2000 se corrió la voz: el teatro sería cerrado.

La demolición prometió que los viejos pilares de hierro fundido que sostenían el balcón tendrían un lugar en el nuevo edificio. Pero las ocho columnas fueron al depósito municipal, donde quedaron olvidadas. Unos años más tarde siguió una búsqueda. Se salvaron del montón de chatarra justo a tiempo: dos pilares obtuvieron un lugar en Nieuwe Kolk.

Si fuera por Naarding, la antigua sala habría existido para siempre. “Eso todavía me corroe. Es una lástima que lo hayan derribado”, afirma. “Estoy convencido de que la combinación de lo antiguo y lo nuevo podría haber funcionado muy bien. Era una habitación tan hermosa”.

De Kolk sigue vivo en el nombre y la memoria

Unos tres años después de su cierre en 2006, el último vestigio del “viejo” Kolk fue demolido. Pasaron años hasta que el municipio de Assen elaboró ​​un plan para un nuevo barrio cultural. Assen tuvo que vivir sin teatro durante seis años. Hasta que De Nieuwe Kolk abrió sus puertas en marzo de 2012. De Kolk sólo vive de nombre y de memoria.

Naarding todavía hojea a menudo su libro y habla con sus conciudadanos sobre el lugar especial donde se unió la cultura Asser. “Fue una buena época para Assen”, concluye el exdirector.



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