El tiempo estaba en su contra: hacía demasiado sol para enfadarse | columna Maaike Borst

La parte de atrás de mi cabeza, filmando teléfonos móviles y guardias de seguridad me impidió ver qué fue lo que puso a Geert Wilders en un pedestal. Tal vez solo estaba usando una silla, pero sospeché que era del tipo al que le gustaba honrar los clásicos del discurso político.

Después de todo, también le gustan las palabras anticuadas que suenan bien como escoria y escoria de la cornisa.

«¿Quieres un asilo congelado, o no quieres un asilo congelado?», Preguntó a través del megáfono, que también se puede llamar «bocina de llamada», otra palabra que sonaría maravillosa en la boca de Wilder.

La estrella del pop entre los diputados

“¡Asylum stop!”, gritaba su público, que comprendía lo que se esperaba de ellos. La retórica es mucho más antigua que la tribuna.

El tiempo estaba en contra de Wilders: hacía demasiado sol para enfadarse en masa. La gente estaba furiosa aquí en Ter Apel, y con razón, pero en este hermoso sábado, la visita de Geert, estrella del pop entre los parlamentarios, también fue solo una salida para algunos.

Después todos querían tomarse una foto con él, teléfonos listos.

Esos celulares con sus redes sociales son las nuevas tribunas. Cualquiera puede pararse sobre él y expresar una opinión públicamente sin dudarlo. No puedes deslizarte, al menos no literalmente, nadie puede abuchearte en la cara o abofetearte. ¿Por qué te aventurarías a la esquina de la calle?

Tener conversaciones normales sin vomitar emoticonos y amenazas anónimas

Solo tenía mi pluma y papel en la mano, también el sello antiguo, y escribí junto con lo que los aldeanos pensaban de su llegada. Gran ventaja de la caja de jabón real sobre esa mezcla de opinión en línea: puedes ver a la audiencia aquí y tener conversaciones normales sin vomitar emoticonos y amenazas anónimas.

Descendiendo de la caja de jabón (o silla, escalera de tijera, roca, caja de cerveza, o la espalda de un solicitante de asilo, o lo que sea), Geert Wilders se quedó un rato para charlar y tomar una foto. Su cabello rubio blanquecino se veía bien al sol.

Maaike Borst escribe en su columna Voorbijganger sobre todo lo que encuentra en el camino. En su vida personal, en su trabajo como reportera de un periódico ya veces simplemente en la calle. Ha estado escribiendo columnas para Dagblad van het Noorden durante años. Esta es su primera en MORE, sucediendo a Rosa Timmer.



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