El que ahora devuelve al lector la colección de cartas a su mujer publicada por Solferino es un sorprendente Andreotti. La reseña de Aldo Cazzullo


Aldo Cazzullo (foto de Carlo Furgeri Gilbert).

ho un lindo recuerdo de Julio Andreotti como persona, pero no cultivo su mito como político. Lo asocio con una temporada de puesta de sol. En la forma en que era amable, respetuoso.

Con mucho gusto respondió a los periodistas: Lo entrevisté por primera vez en Alba para La impresión, era 1989, era primer ministro. En Roma votaron por lo administrativo, parecía que el poder de la Democracia Cristiana se iba a derrumbar, y dijo: “En Roma no va a pasar nada”. Él estaba en lo correcto. Por ahora. Porque el sistema realmente se estaba agotando.

Es un Andreotti sorprendente que ahora vuelve al lector por colección de cartas a su esposa, Querida Liviuccia, publicado por Solferino. El símbolo del poder cristianodemócrata mediado por la fuerza de una mujer, a la que el Divo estaba muy apegado.

Lo que llama la atención es la cantidad de cartas que escribe como si quisiera cubrir la distancia con su esposa de vacaciones.. De ahí la urgencia de envolver, estampar y postear las cartas él mismo.

Como señala Giuseppe De Rita en el prefacio, “el tono, casi siempre ligero, jovial, jovial, a menudo tierno, hacia su esposa, llamada Liviuccia pero también esposa virtuosa, joven noble, esposa querida, esposa de vacaciones, ostra también llama la atención y la ostra”.

“Cara Liviuccia” de Giulio Andreotti (Solferino).

Entre tantas cartas, hay una que me gustó especialmente, porque mezcla política, cotidianidad, fútbol y amor. 24 de abril de 1949 Domingo «Querida Liviuccia, es verdad. Cuando tienes algo no lo aprecias lo suficiente, mientras que cuando no lo tienes te sientes amargado y pisoteado. tu eres esta cosa y pienso hoy que, a pesar de estar abrumado por mil compromisos, soy bastante tonto por pasar los domingos fuera de la esfera restringida de la esposa y la hija. Por suerte puedo volver a llamarte hoy. Anoche fui a Civita Castellana donde hablé de 21:15 a 23:15. No sé cuál será el resultado electoral… Esta mañana a las 10 me tocó inaugurar el Congreso del Comité Olímpico Internacional en el Capitolio. Luego llegué al ministerio y trabajé con De Pirro hasta las 2. Con él y con Del Ciglio fui a almorzar al Oso y luego al partido: Lazio-Triestina 4-0».

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