El clima excepcionalmente cálido de las estaciones de esquí europeas crea situaciones peligrosas para la vida en las pistas de esquí. Este año ha habido un número extremo de accidentes y las consecuencias son graves: cinco esquiadores en Innsbruck, Austria, ya quedaron paralizados tras una lesión en la médula espinal y ayer un holandés de 28 años murió al caer por una red de seguridad. El gran peligro parece acechar junto a las pistas.
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