Los socialdemócratas se reunieron el domingo para emitir el veredicto final sobre si Suecia debería renunciar a su estatus neutral formal después de más de 200 años. Con la respuesta positiva de su partido, la primera ministra sueca, Magdalena Andersson, puede solicitar formalmente su ingreso la próxima semana.
El motivo de la decisión es la invasión rusa de Ucrania. Muchos suecos ahora creen que es un riesgo demasiado grande permanecer militarmente independiente. Lo que también juega un papel es que Finlandia, vecino y socio de defensa de Suecia, elige a la OTAN con convicción. El domingo, el presidente finlandés Sauli Niinistö y la primera ministra Sanna Marin anunciaron que Finlandia solicitará la membresía. Las encuestas muestran que las tres cuartas partes de los finlandeses están a favor de unirse a la OTAN.
En Suecia, el tema es más delicado. Las encuestas muestran que la mitad de los suecos apoya la decisión y alrededor de una cuarta parte está en contra. Muchos suecos están orgullosos de su posición independiente, que les ha salvado de la guerra durante más de dos siglos. Hasta ahora, para los socialdemócratas gobernantes, la libertad de alianza ha sido un principio importante del partido. Esto se debe en parte a que el primer ministro socialdemócrata Olof Palme criticó duramente la guerra estadounidense en Vietnam en la década de 1970. Reforzó la creencia de los miembros de que Suecia no tenía nada que hacer en una alianza militar dirigida por Estados Unidos. Dentro del partido también hay mucha aversión a las armas nucleares.
Al igual que en Finlandia, la guerra en Ucrania parece ser un punto de inflexión. “La realidad es que si Rusia se vuelve contra nosotros, no podemos defendernos”, dijo recientemente el líder del partido, Daniel Suhonen, a de Volkskrant. “El riesgo de ser atacado por permanecer fuera de la OTAN ahora me parece mayor que provocar a Rusia al unirse”.
Ya había una estrecha mayoría en el parlamento sueco para unirse a la OTAN. Tras el turno de los socialdemócratas, hay un amplio apoyo en el parlamento. El próximo paso es que Suecia solicite formalmente la membresía. Probablemente lo hará junto con Finlandia.
Los expertos esperan graves repercusiones por parte de Moscú, que van desde ataques cibernéticos hasta el ruido de armas en la frontera con Finlandia. Los mayores riesgos se encuentran en el período entre la solicitud de ingreso en la OTAN y su ratificación. Durante ese período, que podría durar hasta un año y medio, Finlandia y Suecia aún no están formalmente protegidas por la alianza.
En las últimas semanas, varios países de la OTAN, incluido Estados Unidos, han proporcionado garantías informales de seguridad a Finlandia y Suecia. El miércoles, el primer ministro británico, Boris Johnson, dio un paso más durante una visita a Suecia y Finlandia al poner por escrito las garantías de seguridad. El primer ministro prometió ayudar a Suecia y Finlandia en caso de ataque, “posiblemente también por medios militares”. La propia OTAN también quiere ofrecer protección a los aspirantes a miembros, dijo el domingo el secretario general Jens Stoltenberg durante la cumbre de la OTAN en Berlín. La alianza “buscará acelerar el proceso de adhesión” y “buscará formas de brindar garantías de seguridad, incluso aumentando la presencia de la OTAN en la región”.