En una conversación pregrabada con la televisión suiza, el líder espiritual de la Iglesia católica había expresado su esperanza de que Ucrania pudiera reunir “el coraje” para negociar con Rusia. “Negociar es una palabra valiente. Cuando vean que están derrotados, que no funciona, tengan el coraje de negociar”, dijo Francisco, a quien se le preguntó cómo proceder con la guerra en Ucrania.
Casi de inmediato, Francisco fue criticado por Kiev y sus aliados. “Nuestra bandera es amarilla y azul. Esa es la bandera por la que vivimos, morimos y triunfamos. Nunca levantaremos otra bandera”, respondió esta tarde a X el ministro de Asuntos Exteriores ucraniano, Dmytro Koeleba. El ministro de Asuntos Exteriores polaco también arremetió contra el Vaticano. “Para mantener el equilibrio, ¿por qué no alentar a Putin a retirar su ejército de Ucrania? Entonces la paz estaría garantizada inmediatamente, sin más negociaciones”, afirmó el ministro Radek Sikorski.
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Tras la entrevista, el Vaticano se vio obligado a aclarar las palabras de Francisco. Según un portavoz, el Papa estaría en realidad a favor de “el fin de las hostilidades y de una tregua alcanzada sobre la base de negociaciones”, y no habría significado que Ucrania tuviera que rendirse. Para Kiev, las negociaciones directas con Moscú sobre la paz aún están fuera de discusión, aunque Zelensky indicó ayer que estaba abierto a una cumbre organizada por Turquía. Ese país espera actuar como mediador.
No es la primera vez que Francisco hace declaraciones controvertidas sobre la guerra en Ucrania. En 2022, sugirió que la postura de la OTAN habría “facilitado” la invasión, aunque no llegó a decir que la alianza militar habría provocado a Putin.