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Los rescatistas todavía están buscando sobrevivientes después de que las fuertes lluvias y vientos del huracán Helene devastaran el sureste de Estados Unidos, dejando más de 60 muertos, destruyendo hogares y provocando cortes de energía para millones.
Helene, que ahora está clasificada como tormenta tropical, arrasó Georgia y las Carolinas durante el fin de semana después de tocar tierra como huracán de categoría 4 el jueves, causando daños generalizados por inundaciones.
La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias del gobierno de Estados Unidos está coordinando un esfuerzo de rescate y limpieza en el que participan 3.200 personas en seis estados donde se declaró el estado de emergencia.
Hasta el domingo por la mañana, se habían registrado al menos 64 muertes debido a la tormenta en cinco estados, según Associated Press. Se espera que la tormenta, que se ha debilitado desde su fuerza máxima de vientos de 140 mph, se disipe el lunes.
El estado más afectado fue Carolina del Norte, donde al menos 25 personas murieron (la cifra más alta de muertes por una tormenta en el estado desde el huracán Hugo en 1989) tras las peores inundaciones en un siglo.
El presidente estadounidense, Joe Biden, ha declarado desastres mayores para Carolina del Norte y Florida, desbloqueando programas de asistencia federal para las zonas afectadas. Biden también aprobó declaraciones de desastre de emergencia en Alabama, Georgia, Carolina del Sur y Tennessee, lo que permitió que los recursos federales comenzaran a fluir también a esos estados.
El gobernador de Carolina del Norte, Roy Cooper, publicó en la plataforma de redes sociales X el domingo por la mañana que la parte occidental del estado “se ha visto muy afectada y estamos trabajando juntos rápidamente para salvar vidas, aumentar la asistencia y comenzar una recuperación difícil”.
La oficina del Servicio Meteorológico Nacional de Estados Unidos en Greenville-Spartanburg, Carolina del Sur, escribió en un comunicado el sábado por la noche que la tormenta fue “el peor evento en la historia de nuestra oficina”.
Añadió: “Estamos devastados por las horribles inundaciones y los daños generalizados por el viento que causó el huracán Helene en nuestra área de pronóstico”.
Según los funcionarios, muchas personas quedaron varadas o sin refugio en toda la región. Alrededor de 2,5 millones de personas todavía sufrían cortes de energía en cinco estados el domingo por la mañana, según el rastreador de datos PowerOutage.us.
La tormenta podría provocar pérdidas de hasta 34.000 millones de dólares por daños a la propiedad y reducción de la producción económica, según Moody’s. La estimación preliminar de daños del meteorólogo AccuWeather fue aún mayor, entre 95 mil millones y 110 mil millones de dólares, lo que sugiere que Helene podría ser una de las tormentas más destructivas en la historia de Estados Unidos.