Frederiksoord tiene un observatorio. El material está dentro y el equipo está casi ajustado; según los iniciadores, se pueden hacer los primeros acuerdos.
Es un objeto llamativo: una cúpula blanca en forma de iglú en medio del complejo de la antigua escuela de horticultura en Frederiksoord. El Observatorio Real van Swieten, como se le llama en broma, es una idea de Frans van der Graaf. “Quítate ese Royal. Eso suena demasiado digno”, se ríe.
Van der Graaf se mudó a Drenthe hace unos años y hasta hace poco regentaba un B&B en la antigua panadería. El mundo de las estrellas no es nuevo para él. Durante 30 años, la materia ha hecho que su corazón lata más rápido. También fue fundador del Observatorio de Mercurio en Dordrecht.
13.000 visitantes
“Esta es una iniciativa puramente privada nacida de mi afición que practico desde hace 30 años. El observatorio de Dordrecht atrajo a 13.000 visitantes al año, eso no lo vamos a lograr aquí. Aunque solo sea porque no tienes el espacio para ello tener.”
En la cúpula estelar hay un visor controlado por una computadora. “Hay 42.000 objetos almacenados en la computadora”, explica Van der Graaf. “Puedo mostrarlos a voluntad, pero los objetos más bellos son el sol, la luna, los planetas y algunas galaxias. Siempre y cuando tengas una explicación de lo que estás mirando”.