El Mortirolo, la bajada sobre Mazzo y la… lluvia: aquí se decidirá el Giro

Jadeante

El Mortirolo llega tras el paso de Crocedomini: descenso sobre Edolo y desde Monno, por el lado de Brescia, el ataque a su majestad. Son 12,6 kilómetros con un desnivel positivo de 962 metros, una pendiente media del 7,6% y picos del 16% justo antes de llegar a la cima, cuando la carretera se une con la que viene de Mazzo. Es uno de los seis lados de la subida que descubre el Giro desde este lado: fue el 3 de junio de 1990, Gianni Bugno con el maillot rosa desde la primera hasta la última etapa. La bajada es hacia Mazzo, que es la cara noble de la montaña, la asfixiante, con curvas cerradas que suponen un 18% de subida, pero si las encaramos hacia abajo son un salto al vacío. Nibali lo sabe bien y podría aprovecharlo, sobre todo si llueve.

La memoria Pantani

Mortirolo también y sobre todo significa Marco Pantani. La primera vez, el 5 de junio de 1994, la etapa Merano-Aprica: con algunos pelos en la cabeza y el maillot de Carrera de Davide Boifava sobre los hombros, con el compañero de Claudio Chiappucci (masticando amargamente), Pantani va al asalto de Mortirolo desde Ramo. Pasados ​​los 500 metros, el primer sprint, inflige 1′ a Indurain, se reanuda en el llano, y vuelve a despegar a todos en el puerto de Santa Cristina, ganando en Aprica. La última vez, el 4 de junio de 1998, etapa Cavalese-Plan di Montecampione: el Pirata, después de la bandana, también tira el aro que lleva en la nariz como último voto desesperado para buscar un empujón extra y desprenderse de Tonkov, va a ganar el Giro.



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