Al igual que otros dispositivos electrónicos, como smartphones o ordenadores, 2022 ha sido un año complicado para las gafas de realidad virtual. El dispositivo sigue siendo un producto de nicho, que lucha por imponerse al público en general por varias razones.
2021 eclipsa 2022
La cantidad de auriculares de realidad virtual (VR) u otro dispositivo de realidad aumentada, enviado en 2022, es de 9,6 millonessegún cifras de CCS Insight. Un 12% menos que en 2021. CNBCbasado en un estudio de otra empresa, NPD Group, señala que en los Estados Unidos las ventas de dispositivos de realidad virtual generaron $1.100 millones de diciembre de 2021 a diciembre de 2022, un 2 % menos.
Estas cifras hay que ponerlas en perspectiva con las, excelentes, de 2021. En 2020, las ventas de cascos de realidad virtual representaron 530 millones de dólares, por lo que se duplicaron en el espacio de un año. Los dispositivos pudieron beneficiarse de las dificultades de los clientes para obtener consolas, Xbox o PlayStation y de diversas promociones.
El éxito luego disminuyó este año. El casco de Meta, el Quest 2, ha visto caer sus ventas con fuerza mientras aplasta el mercado. Sus competidores Valve, HP o Sony representan una pequeña minoría de las ventas. Lanzado en 2020, el Quest 2 ya no se beneficia del efecto novedad. Su precio, justificado por la inflación del Meta, también aumentó en 100 dólares, mientras que la sombría situación económica llevó a los consumidores a ser más cautelosos en sus compras.
Las perspectivas de los auriculares de realidad virtual aún son inciertas
Aparte de estas explicaciones circunstanciales, los cascos de realidad virtual luchan por ganar aceptación entre el público en general. Videojuegos muy marcados, aún no hay un título imprescindible que pueda incentivar su compra. Beat Saber, que está teniendo cierto éxito, no es rival para los monstruos de la industria cultural como Call of Duty, Fifa, GTA y otros.
Los intentos de sacar los cascos de realidad virtual del mundo de los videojuegos han fracasado hasta ahora. La red social que prefigura el metaverso soñado por Mark Zuckerberg, Horizon World, es poco convincente.
Meta ha decidido apostar por el mundo profesional, Ikea o Accenture, por ejemplo, han comprado dispositivos para sus empleados, con su nuevo auricular, el Meta Quest Pro, a $1,500. Un camino que no parece abrir la puerta a una adopción más amplia de la realidad virtual.
De acuerdo a Pronóstico de CCS Insight, el año 2023 será otro año complicado para los cascos de realidad virtual. Las temidas dificultades económicas lo explican en gran parte. Se podrían vender 11,4 millones de cascos de realidad virtual o aumentada. Pero la firma estima que es posible un despegue en la tasa de equipamiento para 2025 o 2026.
La firma apuesta en particular por la llegada de nuevos productos. Sony lanzará sus próximos auriculares en febrero por $ 550, suficiente para atraer a los propietarios de PlayStation 5 y ampliar el potencial de los videojuegos de la realidad virtual. Apple también es, y quizás sobre todo, visto como un factor de desarrollo.
Sus cascos de realidad virtual con posibilidades de realidad aumentada se esperaban desde hace unos años. Podría estrenarse en 2023. Los fans de la marca Apple y su know-how tanto en tecnologías de consumo como en la creación de un ecosistema atractivo podrían insuflar nueva vida a lo que Mark Zuckerberg imagina como el futuro del smartphone.