El martes, el tribunal rechazó la apelación del líder de la oposición después de que el juez aumentara su sentencia de 9 a 19 años el mes pasado. Navalny ha sido condenado por “crear una organización extremista”. Los periodistas no fueron bienvenidos durante la apelación y sólo se les permitió asistir al fallo. El propio Navalny siguió el caso a través de un enlace de vídeo desde la colonia penitenciaria donde se encuentra recluido.
Un día después de su apelación, Navalny supo que tendría que pasar a una celda de aislamiento del tipo ‘EPKT’ por un período de doce meses. Se trata del castigo más severo posible en las colonias penitenciarias rusas, escribe el líder de la oposición en .
Navalny ve la decisión como un nuevo punto bajo en su trato como prisionero. ‘Me siento como una vieja estrella de rock al borde de la depresión. Alguien que ha alcanzado la cima de las listas y no le queda nada a qué aspirar”, dijo Navalny. ‘Solo que no subí a la cima, sino que me hundí hasta el fondo. Y aún podría ser peor.
Envenenamiento
Navalny es considerado una de las figuras más importantes de la oposición rusa. En agosto de 2020, el líder de la oposición fue envenenado con el agente nervioso Novichok en Tomsk, Siberia. Según una investigación del colectivo de periodistas Bellingcat y la propia organización de Navalny, el responsable del envenenamiento fue el servicio de seguridad ruso FSB. Dos días después, Navalny fue trasladado a un hospital alemán para recibir tratamiento, donde sobrevivió por poco al ataque.
En enero de 2021, tras meses de recuperación en Alemania, regresó a Moscú, donde fue inmediatamente arrestado. Durante su tratamiento, una sentencia suspendida por presunto fraude se convirtió en una pena de prisión porque Navalny no se había presentado ante la policía rusa.
Después de un año y medio, Navalny fue trasladado a una colonia penal en la provincia de Vladimir, donde también se encuentran detenidos otros activistas políticos. Pronto, Navalny presentó una denuncia contra la colonia porque los guardias lo despertaban constantemente por la noche. Esta primavera, los colaboradores de Navalny afirmaron que volverían a ser envenenados en prisión y que su situación de salud es “crítica”.
Mientras tanto, el tribunal ruso declaró que la organización anticorrupción de Navalny era una “organización extremista”. También hubo nuevas acusaciones de fraude y corrupción contra el líder opositor.
Durante el año pasado, los dirigentes de la colonia penal de Navalny impusieron restricciones cada vez más estrictas sobre presuntas irregularidades. Por ejemplo, al líder de la oposición no se le permite reunirse con otras personas, no tiene acceso a periódicos ni libros y la radio de su celda no funciona.