El intento de golpe de Estado en Sierra Leona muestra la debilidad de la democracia, «igual que antes de la guerra civil»


Un soldado pasa junto a un vendedor ambulante que vende pan en Freetown, la capital de Sierra Leona. (Foto de Saidu BAH / AFP)Imagen Saidu Bah / AFP

“Nuestra fuerza reside en nuestra unidad”, dijo el domingo el presidente Julius Maada Bio en la televisión nacional, horas después de que se frustrara un presunto intento de golpe de estado. En su discurso, se refirió al pasado violento del país de África Occidental que quedó destrozado por una terrible guerra civil entre 1991 y 2002. Llamó a la población a trabajar unida para preservar «la paz por la que tanto hemos trabajado».

Esa paz era difícil de encontrar en Sierra Leona medio día antes. Un grupo de (ex)soldados asaltó el sábado por la noche el depósito de armas del cuartel militar más grande de la capital, Freetown. Utilizando armas y vehículos capturados, atacaron varias prisiones y una comisaría de policía. Al menos veinte personas murieron en enfrentamientos entre soldados amotinados y fuerzas de seguridad.

Sobre el Autor
Carlijn van Esch es editor extranjero de de Volkskrant. Vive y trabaja en Sierra Leona.

Un día después del discurso, el tono conciliador del presidente Bio desapareció. Durante una visita programada de una delegación del bloque de cooperación de África Occidental CEDEAO, señaló al partido de oposición APC como el instigador del intento de golpe, aunque la dirección del partido niega cualquier implicación. El presidente Bio citó las recientes elecciones, cuyos resultados son cuestionados por la APC. “Mi partido hizo una extensa campaña y ganó las elecciones de 2023, pero cuando se anunciaron los resultados, la principal oposición no pudo aceptarlo”, dijo Bio.

«No iniciemos una caza de brujas»

La delegación expresó serias preocupaciones por la creciente inseguridad e inestabilidad en Sierra Leona. «Hago un llamamiento a las fuerzas de seguridad para que sigan el Estado de derecho y no participen en una caza de brujas», dijo el presidente de la Comisión de la CEDEAO de Gambia, Omar Touray. Advirtió que el gobierno debe garantizar que las medidas posteriores al golpe «no tengan un impacto negativo en la cohesión nacional». Sin embargo, ese mensaje cayó en oídos sordos.

La policía ha publicado una lista provisional de 29 nombres de presuntos instigadores, todos ellos vinculados de una forma u otra al partido de oposición APC. Figuras de la oposición que no figuran en la lista también informan de registros y detenciones violentas. Si bien la investigación policial aún está en curso, crecen las teorías de conspiración. Algunos sospechan que el propio Presidente Bio orquestó el intento de golpe de Estado para eliminar a ciertos miembros de la oposición de la escena política.

“Necesitamos una narrativa diferente”, afirma la abogada y activista de derechos humanos Yasmin Jusu-Sheriff. «Necesitamos hablar sobre curación y trauma, en lugar de buscar constantemente la confrontación». La política en Sierra Leona ha estado marcada durante décadas por la competencia entre los Temnes y los Mendes, las tribus más grandes del país. El núcleo de apoyo del partido gobernante SLPP está formado por los Mendes en el sur del país y el del partido de oposición APC por los Temnes en el norte.

Tensiones tribales

Jusu-Sheriff ha visto cómo el lenguaje político se ha vuelto cada vez más feroz y agresivo en los últimos años. «La política ha vuelto completamente a las tensiones tribales», afirma. En el período previo a las elecciones de junio pasado, apenas hubo diferencias sustanciales entre los partidos, sólo sobre quién es el mayor culpable del actual malestar económico en el país.

La situación recuerda al abogado los tensos años previos a la guerra civil, cuando un gobierno represivo del APC había sumido al país en una profunda crisis económica debido al mal uso de fondos estatales. ‘La guerra civil estalló porque el gobierno no rindió cuentas. «A los políticos no les importaba el sufrimiento de la gente», dice.

Incluso ahora, la distancia entre los políticos y los ciudadanos comunes y corrientes es grande. Sierra Leona es uno de los países más pobres del mundo, pero su gente siente que los políticos sólo se preocupan por ellos mismos. Las reformas recomendadas por el Comité de la Verdad y la Reconciliación designado por la ONU –del que Jusu-Sheriff era miembro– apenas han llegado a buen término. “Tenemos un organismo anticorrupción que persigue al hombre común, un sistema de justicia que defiende al gobierno y a las radios comunitarias que no tienen dinero para administrar”, explica. «El pueblo de Sierra Leona ha perdido la guerra civil porque en realidad nada ha cambiado».

Un punto positivo del domingo fue que el intento de golpe no tuvo respuesta entre la población. Las calles permanecían vacías mientras la gente esperaba con miedo los tiroteos. Incluso los aproximadamente 1.900 prisioneros que escaparon abandonaron el intento de golpe y buscaron seguridad. Según la policía, un número considerable de detenidos ya se han presentado.



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