El gobierno flamenco se reúne (inesperadamente) después de un consejo crítico del Consejo de Estado: ¿se emitirá a tiempo un decreto sobre el nitrógeno?

Ese consejo tan esperado llegó el lunes. La institución señala que falta una justificación sistemática y fundamentada de las opciones políticas adoptadas y de las numerosas diferencias de tratamiento contenidas en la propuesta. Por ejemplo, según el Consejo, el instrumento de puntuación del impacto no es suficientemente transparente.

Esta puntuación expresa el impacto del nitrógeno de una empresa en la naturaleza circundante. La puntuación determina qué empresa recibirá un permiso y cuál no. Además, según el dictamen, el decreto es incompatible con la directiva europea sobre hábitat en varios puntos. Y al Consejo también le preocupa el uso de valores umbral.

El primer ministro flamenco, Jan Jambon, reunió a sus ministros el martes por la mañana para discutir el expediente. La reunión comienza a las 10 am.

«La política debe volver a la mesa de dibujo», afirma Boerenbond

La política debe volver a la mesa de dibujo para un nuevo decreto sobre el nitrógeno. Se necesita una solución rápida para todos los agricultores, pymes y empresas industriales cuyos permisos están a punto de caducar y que no tienen un marco para una prórroga. Así lo afirma Lode Ceyssens, presidente del Boerenbond, ahora que el Consejo de Estado advierte contra un trato desigual en el decreto sobre el nitrógeno.

“Vemos muchos de nuestros comentarios anteriores reflejados en el consejo. Basta pensar en la puntuación de impacto, las cargas máximas, la aproximación en la zona de Turnhout Fen y los umbrales de permisos que apenas son aplicables. Esto no se puede resolver con algunos parches, debemos construir un nuevo decreto desde cero, repensar todo el enfoque juntos, con la participación de todas las partes interesadas. Estamos listos para sentarnos a la mesa con una mente abierta y propuestas orientadas a soluciones. Ya hemos hecho mucho y queremos hacer mucho más”, dijo Lode Ceyssens en una respuesta el martes.

“El sector agrícola quiere asumir su responsabilidad. Podemos reducir aún más las emisiones de manera que se evite una masacre socioeconómica en la cadena agroalimentaria flamenca, empezando por nuestros agricultores. Hay que volver a poner en marcha las licencias para toda la economía flamenca. Esto sólo es posible si los políticos y el sector trabajan juntos”, concluye Ceyssens.



ttn-es-3