El Gobierno español anunció el 19 de diciembre que quería adquirir una participación en Telefónica por valor de 2.200 millones de euros, autodenominándose “accionista público de referencia”. …
El gobierno español anunció el 19 de diciembre que quería adquirir una participación en Telefónica por valor de 2.200 millones de euros, calificándose como ” de accionista público de referencia “. De concluir la operación, el Estado español adquirirá el 10% del capital de la operadora y se convertirá de facto en su principal accionista, por delante del grupo Saudi Telecom Company con sede en Arabia Saudí.
Telefónica, el primer operador español
Para adquirir parte de las acciones de Telefónica, el Estado español se apoyará en su Sociedad Estatal de Inversiones Industriales (SEPI), que tiene costumbre de invertir en grandes empresas españolas y europeas. Esta inversión representa un fuerte paso por parte de España para contrarrestar el proyecto de Saudi Telecom.
La operadora había recuperado el 9,9% del capital de Telefónica tras una operación valorada en 2.100 millones de euros el pasado mes de septiembre, convirtiéndose para la ocasión en su principal accionista. Gracias a su posición predominante, la compañía saudita planeaba inyectar nuevamente varios miles de millones de euros a Telefónica y convertirse finalmente en su accionista mayoritario.
En un comunicado, España insistió en su deseo de mantener al operador ibérico bajo control español. Esta participación” permitirá reforzar la estabilidad de su accionariado y, en consecuencia, preservar capacidades estratégicas de esencial importancia para los intereses nacionales, » insiste el gobierno español. Precisó además que las actividades del operador eran ” muy importante para la seguridad y la defensa, incluso en el ámbito de las operaciones militares exteriores “.
Por su parte, Telefónica declaró que “ permanecería enfocado en la ejecución del plan estratégico 2023-2026 recientemente aprobado, anunciado durante el Capital Markets Day del 8 de noviembre de 2023, con el fin de continuar creando valor para sus accionistas y brindando servicios de calidad a sus clientes. “. Su plan social pretende, en particular, separarse de unos 16.500 empleados españoles. Con el despido de 5.100 empleados en su país natal, la empresa espera mejorar su rentabilidad y reducir su deuda, que asciende a 26.500 millones de euros.
Dentro de la Península Ibérica, Telefónica se enfrenta a una fuerte competencia. A pesar de su posición de liderazgo en número de suscriptores móviles, el operador tendrá que desconfiar de la posible fusión entre Orange España y Masmovil, segundo y cuarto operador respectivamente del país. Los ojos de los tres actores se dirigen ahora a la Comisión Europea, que lidera la investigación para determinar si una fusión de este tipo podría perjudicar la competencia en el mercado español de las telecomunicaciones.