Con un posible traslado de De Pol a Schipdijk en Peize, parece que la paz en torno a la empresa de jardinería Albert de Boer está volviendo lentamente. En cualquier caso, el ayuntamiento de Noordenveld está de acuerdo con la mudanza, si los residentes locales de Schipdijk están de acuerdo.
En los últimos años, la empresa de paisajismo terminó en conflicto con algunos vecinos que experimentaron molestias por parte de la empresa. Las actividades de la empresa en De Pol ni siquiera están permitidas según el plan urbanístico.
Lo que siguió fue una batalla en la que se acusó al municipio de Noordenveld de proporcionar muy poca claridad. El año pasado, en junio, se decidió que De Boer debería desmantelar sus silos en De Pol y reducir significativamente sus actividades allí.
Con una mudanza a Schipdijk en Peize, los problemas pronto serán cosa del pasado, aunque todavía existen algunas condiciones asociadas a la nueva ubicación. “El jardinero quiere ir a un lugar donde actualmente no se permiten operaciones comerciales, por lo que se debe presentar una solicitud de permiso”, dice el concejal Robert Meijer.
“La universidad no es indiferente a esto”, continúa Meijer. “Pero algunas cosas aún deben resolverse. Por ejemplo, la carretera está diseñada para el tráfico de automóviles, no para el tráfico de mercancías. También es muy importante cómo ven los planes las personas que viven cerca de Schipdijk. Especialmente en este caso específico”.
Eildert van Wieren, uno de los residentes que viven cerca de De Pol, está feliz de que las cosas estén avanzando. “Por el momento, todavía experimentamos algunas molestias de vez en cuando, pero eso no es tan malo si sabes que esto pronto será cosa del pasado”, dice.
Las relaciones mutuas también son mucho mejores, dice. “Ha habido un proceso de mediación. El municipio hizo que esto lo hiciera una empresa externa y por eso merece felicitaciones. Nunca hemos tenido nada personal contra De Boer, pero lo hicimos contra las operaciones comerciales”, dice Van Wieren.
Reinder Auwema, consejero del jardinero De Boer, también está cautelosamente satisfecho. “Me complace que la municipalidad ahora se esté preparando para cooperar”, dice.
Sin embargo, no quiere animar antes de que se produzca el movimiento. “No vendemos la piel hasta que le disparan al oso”, dice Auwema. “Hemos tenido promesas del municipio sobre este archivo antes. Pero parece que va en la dirección correcta. Vemos esto como un desarrollo positivo”.