Una estadounidense de Groningen, junto con otros tres ex estadounidenses, exige la devolución del importe “astronómico” que pagó por la entrega de su pasaporte estadounidense. Rachel Heller (61), que creció en Connecticut, pero dejó Estados Unidos para ir a Holanda en 1997, dice a NBC News que renunciar a su nacionalidad le pareció “una separación dolorosa”.
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