Según el estudio, el once por ciento de todos los contratos de trabajo de jóvenes menores de 25 años ya han sido rescindidos este año. Eso es más del doble (+136 por ciento) en comparación con el año pasado y un 181 por ciento más en comparación con 2019, antes de la corona.
En casi la mitad de los despidos (47 por ciento) se trata de un despido por iniciativa del propio empleado. Ese porcentaje nunca ha sido tan alto en los últimos cuatro años. En el 36 por ciento de los casos los jóvenes se separaron de mutuo acuerdo con su empleador, en el 17 por ciento restante de los casos fue un despido forzoso por parte del empleador.
«Los jóvenes son una nueva generación crítica que se atreve a hacerse cargo de sus propias carreras. Por lo tanto, muchos jóvenes ahora están cambiando de un trabajo que ofrece beneficios prácticos a corto plazo a una carrera que es sostenible a largo plazo, con más oportunidades profesionales y flexibilidad», según Kathelijne Verboomen, experta en mercado laboral de Acerta.