El ejército israelí y combatientes de la milicia chiita libanesa Hezbolá volvieron a dispararse el sábado en la zona fronteriza entre ambos países. Las tensiones han aumentado desde que el movimiento islamista palestino Hamás llevó a cabo un ataque sorpresa contra Israel desde la Franja de Gaza el 7 de octubre, que respondió con continuos ataques aéreos. Cuatro combatientes de Hezbollah murieron en el bombardeo, confirmó la milicia. El grupo combatiente palestino Jihad Islámica informa de una muerte entre sus miembros.
Según Israel, Hezbolá, considerado aliado de Hamás, disparó un misil antitanque en dirección a la comunidad agrícola de Baram. El ejército israelí afirmó el sábado por la tarde que había atacado una posición desde la que Hezbollah intentó disparar misiles antitanque en dirección a Shlomi. Según los servicios de emergencia israelíes, dos tailandeses resultaron heridos por metralla cerca de la comunidad agrícola de Margaliot, que había sido atacada el día anterior.
Según la agencia de noticias libanesa NNA, Israel habría llevado a cabo ataques cerca de la frontera, especialmente en la zona de Alma ech Chaab, Yarine y Dhayra. También habló de «fuertes bombardeos en Yaroun», cerca de Bint Jbeil.
«Hezbolá ha decidido unirse a la lucha y ahora está pagando el precio», dijo el sábado el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, durante una visita a los soldados estacionados en el norte del país. Les advirtió de los «grandes desafíos» que les esperan.
Mientras tanto, el número dos de Hezbolá, Naim Qassem, advirtió que su movimiento intervendría «si, en base a los acontecimientos, parece necesaria una mayor intervención por nuestra parte».
Desde el 7 de octubre, Israel está en alerta máxima ante una posible ofensiva de Hezbolá desde el vecino Líbano. Catorce combatientes de Hezbollah ya han muerto en bombardeos mutuos durante las últimas dos semanas, pero también han perdido la vida civiles, como el periodista de Reuters Issam Abdallah. Del lado israelí ya han muerto tres soldados y un civil.