Después de 147 años, el roquero solitario aparece en Bélgica: los entusiastas van a Durbuy para observar un ave rara


“Los zorzales machos son de color gris azulado opaco, con alas oscuras. Es un zorzal grande, delgado y con un pico largo que no se puede confundir con ninguna otra especie”, afirma Natuurpunt. El roquero solitario se encuentra normalmente en el sur de Europa y el norte de África y hacia el este hasta el Cáucaso y Turquía. Las aves apenas muestran comportamientos migratorios o errantes.

El roquero solitario se reproduce en terrenos rocosos y escarpados de las costas, en barrancos y en laderas de montañas con cantos rodados y rocas salientes. En las zonas de cría, la especie también se encuentra en canteras, ruinas, iglesias e incluso edificios habitados. La especie siempre anida en grietas o nichos de rocas y paredes. Los zorzales azules suelen sentarse en el punto más alto de una roca para cazar insectos.

El primer avistamiento en nuestro país tuvo lugar en septiembre de 1877 en Olloy, en la provincia de Namur. El último descubrimiento es una noticia espectacular para los amantes de las aves belgas. Los ornitólogos esperan ver el ave en los próximos días. No se sabe cuánto tiempo lleva el pájaro en Durbuy.

“Pero sea cual sea el caso: es y sigue siendo un vagabundo, un ejemplar que aparece en un lugar muy alejado de su zona de distribución habitual, habiendo volado perdido, desviado o vagando. La posibilidad de que este macho perdido encuentre también una hembra (igualmente perdida) aquí y se reproduzca en Bélgica es nula», afirma Dominique Verbelen de Natuurpunt Studie.

El roquero solitario.Imagen Seca Meskens



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