La final en Croacia finalizó el sábado a las 23.30 horas, a la una de la madrugada se encontraba en el hotel donde su pareja ya había hecho las maletas. Luego a Pula en coche, avión a París, almuerzo en el Village y a las 15.00 horas en el campo.
Pocos lo habrían creído, pero Lorenzo Musetti consiguió el milagro de llegar a París para debutar en el torneo olímpico tras la final de Umag con Cerundolo, que acabó con derrota sobre las 23.30 horas del sábado. Una carrera contrarreloj para el Carrarino, al que el técnico Simone Tartarini esperaba en París hacia las 15.00 horas para el primer partido olímpico contra Gael Monfils. Una combinación perfecta de timing, trabajo en equipo con su compañera Verónica y la posibilidad de viajar en un vuelo privado que puso a disposición el torneo fueron los ingredientes decisivos para enviar a Lorenzo a París.
Santa Verónica
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Él mismo cuenta cómo le fue, con una gran sonrisa por la victoria clara y convincente contra el francés, apoyado por un público nada deportivo: “Mi compañera Verónica es una santa – dice – anoche cuando volví a la habitación después de la pelea. “El partido, las entrevistas, la fisioterapia, era casi la 1 de la madrugada y ya había hecho las maletas”. Dormirse, sin embargo, no fue fácil después de un partido de tres horas, además perdido en el tie break del tercer set: “La verdad es que no pude dormir por la adrenalina, pero esta mañana a las 6 estábamos Ya en el coche rumbo a Pula, donde cogimos el avión a París llegué a las 9.45 al aeropuerto Charles de Gaulle y sobre las 11 ya estaba en el hotel donde comí con los chicos de voleibol, que están en el mismo hotel que nosotros. , y después de media hora de descanso ya estaba aquí, listo para el calentamiento de las 15 horas.
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