Una vez en casa, les esperaba una nueva sorpresa. Si en los anteriores Juegos Olímpicos el ciclista Matthijs Büchli fue homenajeado con pasteles especiales por el pastelero de Santpoort-Noord, ahora le tocó el turno a Olav Molenaar.
Los ‘pasteles de Olav’: canoas especiales con crema suiza, maracuyá y una foto de Olav. “Esto no sucede todas las semanas”, se ríe por teléfono el panadero Maarten Breitenstein. “Pensamos que sería bueno prestar esa atención adicional”.
Familia
“El remo forma parte de la familia desde hace cinco generaciones”, afirma Joy. Sus padres No pudieron ir a los Juegos, así que los vieron en casa. “Estaban muy contentos con todas las reacciones”. Y luego también los pasteles de Olav: “Estaban completamente dorados”.