Esto se desprende de la encuesta anual realizada por EenVandaag entre miles de personas LGBT. Aunque casi las tres cuartas partes (73 por ciento) de ellos todavía están convencidos de la importancia de los eventos del Orgullo en los Países Bajos, una parte significativa (57 por ciento) critica fuertemente el Canal Parade tal como se lleva a cabo ahora.
Sin identificación con las personas en los barcos.
Además, algunas de las personas LGBT que están a favor de la adaptación no pueden identificarse con las personas de los barcos. El Desfile, en su opinión, es demasiado desnudo, demasiado extremo, demasiado centrado en el sexo y solo alimenta los prejuicios: “Por momentos es un Desfile de extremos y desenfreno, que es atípico para mí y mis amigos. No soy así y no quiero que la gente en mi vida diaria piense que soy así», escribió una persona.
Otros llaman al desfile de botes ‘observación de monos’ y encuentran que la cantidad relativamente grande de personas heterosexuales en el Canal Parade es un punto complicado: «De las 600,000 personas que vienen a mirar, son 450,000 personas heterosexuales las que se maravillan con toda la extravagancia». El 39 por ciento de las personas LGBT cree que el Desfile solo debería ser accesible para las personas LGBT. Sin embargo, la mayoría (54 por ciento) cree que todos deberían ser bienvenidos, según EenVandaag.
Muchas personas LGBT tienen grandes dificultades con el creciente número de empresas que quieren comprometerse visiblemente con el Desfile. Los encuestados lo llamaron ‘capitalismo arco iris’, ‘pinkwashing’ o ‘carnaval comercial’. Algunos encuestados también llaman al desfile ‘demasiado Amsterdam’, por ejemplo, la fiesta no aumentaría la aceptación fuera del Randstad.