Qué se puede hacer con la masa, es la pregunta que los flamencos Peter Vandemeulebroecke y Jef Van gestel (el pequeño) plantean en su actuación Masa. Su exploración lúdica de los materiales en esta actuación casi sin palabras comienza con lo básico, la harina, que mastican hasta formar bolas en la boca, felizmente inflando bocanadas de harina. Que se vea sucio e incómodo es solo el preludio de más, durante sus pruebas físicas.
En un recipiente grande, muelen con una batidora un trozo de masa elástica del grosor de un puño y de unos pocos metros de largo. Cada uno arroja una pieza sobre su cabeza, transformándose en monstruos de cuento de hadas, faunos o extraterrestres, lo que quieras ver en él.
A medida que la masa elástica gotea lentamente, se vuelven cada vez más visibles, la lengua se abre paso, la corona. Después de lo cual empujan la masa hacia atrás. La masa se rompe rápidamente, pero también es fácil de volver a armar. Sigue su propio camino: eso mantiene la imagen fascinante en esta actuación.
Vandemeulebroecke y Van Gestel intentan no imponer una línea en lo que hacen. Uno sigue al otro sin cuidado. Un manojo de ramas se cuelga alto en el aire, lo que nuevamente produce una hermosa imagen con polvo de harina y un foco. Después de lo cual vacían una bolsa de harina sobre sus cabezas en la esquina y hacen equilibrio con ella, distrayéndose mutuamente.
Emocionante fase final
Por momentos sus ejercicios absurdos son ingeniosos, pero el ritmo es lento. En la parte media, la falta de creatividad se venga, con acciones que son más de lo mismo y no revelan nuevas aplicaciones para el material.
La emocionante fase final lo compensa un poco. El paisaje sonoro industrial y rítmico se impone más, con tonos pesados y amenazantes. Al principio todavía hay bailes alegres con pañuelos en la cabeza hechos de masa, pero luego hacen bebés con ellos, en los que puedes meter la nariz sin preocupaciones y a los que puedes dejar caer sin dudarlo.
Se utilizan tres colores de pintura para hacer máscaras de masa. No es original, pero los dos, ahora solo en ropa interior, hacen un lío, rodando por el suelo y uno encima del otro. Con sus cuerpos llenos de pintura, harina y masa, posan en cuadros vivos militantes y triunfantes, bellamente iluminados, en un baño de sonidos extraños.
Por su actuación anterior, Marco, Vandemeulebroecke y Van gestel fueron nominados para el premio VSCD de mimo/actuación 2022, y el jurado elogió su “fantasía sin fin”. En Masa esa fantasía es menos visible. Ellos mismos dicen que operan “a la vanguardia de las artes visuales, la performance y el teatro físico” y ese enfoque también produce Masa Momentos de poesía visual. Pero para una actuación de 75 minutos, el material no ha proporcionado suficiente inspiración.
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